Te cuento la película

La playa de los ahogados
La playa de los ahogados

España (2014) *

Duración: 96 min.

Música: Lucio Godoy

Fotografía: Alfredo Mayo

Guion: Domingo Villar y Felipe Vega (Novela: Domingo Villar)

Dirección: Gerardo Herrero

Intérpretes: Carmelo Gómez (Leo Caldas), Antonio Garrido (Rafael Estévez), Luis Zahera (José Arias), Celso Bugallo (Padre Caldas), Pedro Alonso (Marcos Valverde), Fernando Morán (Manuel Trabazo), Celia Freijeiro (Ana), Marta Larralde (Alicia Castelo), Tamar Novas (Diego Neira), Déborah Vukusic (Clara García), Carlos Blanco (Hermida).

Leo Caldas, inspector de policía en Vigo acude al hospital a ver a su tío, que está ingresado y al que acompaña constantemente su hermano, el padre de Leo.

Juntos crearon años antes un libro en que van añadiendo a todos los idiotas que conocen, y en el cual el enfermo pide que anote al médico.

Caldas no conduce, por lo que acompaña a su padre a su casa en el campo y pasará el día con él a condición de que este lo lleve de vuelta al día siguiente a la ciudad

Mientras está allí recibe la llamada de su compañero, Rafa Estévez que le informa de la aparición de un cadáver en la playa de Panxón, pidiéndole que vaya él solo.

Al día siguiente recibe el informe de la muerte del propio Rafa, que le cuenta que el cadáver que apareció era el de un marinero que llevaba las manos atadas con una brida de plástico, pese a lo cual afirma el forense que no fue un suicidio.

Le informa también de que no tenía ni mujer ni hijos, e irá su hermana a hablar con ellos.

El Rubio

El muerto, Justo Castelo, era apodado "El Rubio".

En el depósito les informan de que el Rubio murió ahogado y que estaba vivo cuando cayó al agua, y que no pudo atarse las manos él con las bridas, por estar estas atadas por la parte de los meñiques, por lo que no fue un suicidio, teniendo además un traumatismo en la cabeza provocado por algo alargado y con una bola en la punta.

Le cuentan también que una mujer lo vio la mañana del domingo con vida.

Entre sus pertenencias encontraron una bolsita con una sustancia blanca que enviaron a analizar.

Cuando salen encuentran esperando a Alicia, la hermana del fallecido que les cuenta que su hermano iba casi todas las tardes iba a visitar a su madre y fue el sábado a visitarla de nuevo, no apreciando nada extraño.

Ella le dice que si hermano dejó la droga años antes.

A la salida Leo va a tomar una copa de vino antes de retirarse en un día lluvioso, llamando a su padre para decirle que no pudo ese día pasarse a ver a su tío.

El Capitán Sousa

Al día siguiente Caldas y Rafa van a Panxón para investigar la muerte, yendo en primer lugar a la lonja donde preguntan por el Rubio, contestándole uno de los marineros que estaban allí que lo vio en la subasta del sábado y que los domingos no pescan y de hecho el Rubio no salió a pescar, pues se dejó las nasas.

Les cuentan entonces la historia del Capitán Sousa, cuyo barco naufragó años antes en Sálvora y falleció.

En su barco iban tres marineros más, el Rubio, José Arias, el marinero con el que hablaron en la lonja, y Marcos Valverde, salvándose los tres al lanzarse al mar.

Desde entonces hay numerosas personas en el pueblo que afirman haber visto en alguna ocasión por la noche el barco del Capitán Sousa navegando por la bahía.

Visitan la casa del muerto, que permanece precintada, y donde Alicia recoge ropa para el entierro de su hermano.

Se fija en que en la casa hay enmarcada una noticia en la que se cuenta que Castelo pescó un pez tropical.

Leo se toma un café con Alicia, que le cuenta de nuevo que su hermano las visitaba a ella y a su madre cada tarde aunque no hablaba demasiado, limitándose a sentarse junto a la ventana y silbar, algo que dejó de hacer varias semanas antes de su muerte, no volviendo desde entonces a silbar más.

Le cuenta también que Sousa ayudó a Justo a librarse de la heroína y que el accidente del barco les cambió la vida a los tres marineros que se salvaron.

Les cuentan que Castelo estaba asustado desde que apareció una pintada en su barco, que les cuentan borró un carpintero.

Van a ver al joven carpintero que les cuenta que lo que había pintado en rojo en la barca era una fecha, el 4/10/2001, debajo de la cual habían escrito "Asesinos".

Visitan tras ello la casa de Marcos Valverde, el tercer marinero, que no se encuentra en casa, por lo que hablan con Ana, su mujer, observando que viven en una lujosa mansión que ella les cuenta compraron a un arquitecto de Madrid, habiéndose dedicado su marido tras dejar el mar a la construcción, la explotación de gasolineras y el vino, diciéndoles que ahora no le gusta hablar de su accidente y que evita a los marineros para no recordar, aunque de cuando en cuando le compraba marisco a Castelo.

Ella les dice que también conoce las historias sobre Sousa, aunque dice que su marido no pierde el tiempo en supersticiones.

Leo aprovecha su estancia en Panxón para visitar a Fernando, un antiguo amigo de la familia, médico retirado con el que comenta la razón de su estancia allí, el cual le dice que es muy raro que no pudiera salvarse, pues el lugar donde naufragó era un sitio con rocas que todos conocían en la zona, y además el día estaba sereno.

Sousa apareció en unas redes tres días después, asegurando su mujer que los otros marineros no movieron un dedo por salvarlo.

Morán le dice que los náufragos que sobreviven suelen formar piña, y en el caso de estos fue todo lo contrario, cada uno siguió su camino, yéndose uno de ellos, Arias a Escocia, aunque regresó años después.

Cuando le pregunta por qué llevaría el Rubio una bolsa de sal, Morán le dice que es un amuleto.

Le muestra tras ello varias fotos, en las que aparecen Sousa, y su tripulación.

La tripulación del Xurelo

Visitan a Marcos Valverde, que les cuenta su versión del naufragio, contándoles que el Capitán Sousa solo pensaba en salvar el barco porque llevaban la bodega llena, lo cual acabó con su vida, recordando que a él todavía le cuesta meter los pies en el mar.

Van tras ello de nuevo al depósito para preguntar por el Capitán Sousa, diciéndoles el forense que lo identificó en su día su viuda, ya que llevaba la misma ropa y medalla que cuando desapareció, por lo que no fue preciso realizar las pruebas de ADN pese a que estaba medio comido por los cangrejos

Lee tras ello las noticias del pesquero que naufragó en Sálvora.

Ven que el Rubio hizo su última llamada a José Arias, la tarde anterior a su muerte, por lo que acuden a su casa para preguntarle por el asunto, contándoles este que hablaron de asuntos de pesca, pues el Rubio había perdido una defensa, aunque ellos no le creen, pensando que para tratar de ese asunto no hubieran necesitado 8 minutos.

Les informan de la aparición del barco de Castelo hundido, contándoles que lo encontró un submarinista, viendo que tenía un agujero en el fondo, indicativo de que fue hundido a propósito en un lugar de aguas tranquilas y donde difícilmente lo hubieran encontrado, pues de estar en alta mar la marea lo hubiera arrastrado a la orilla.

Vuelve a ver a Morán con el que sale a pescar, aunque él se marea y acaba vomitando, por lo que deben volver a tierra, quedándose con una llave de tuercas que encontró su amigo y que él le lleva al forense, que les dice que la forma coincide con la herida de la cabeza del Rubio.

Rafa piensa en buscar cámaras en el camino hacia el faro por si grabaron algo.

Leo le pregunta al dueño del bar al que va siempre, antiguo marinero, dónde se hubiera refugiado él si le hubiera pillado una tormenta en Sálvora, diciendo él que en Aguiño.

Recuerda entonces Leo que leyó una noticia sobre la desaparición de una mujer en Aguiño, Rebeca Neira, la misma noche del accidente del barco de Sousa.

Leyendo los antecedentes ve que dicen que pasó parte de la noche de su desaparición con un marinero que coincide con la descripción del Rubio, lo que le lleva a pensar que estuvieron allí la noche anterior.

Regresan a Panxón para interrogar de nuevo a los compañeros del Rubio, contándoles Valverde que la noche del naufragio pararon a repostar, pudiendo ser en Aguiño, aunque dice no recordarlo y que es imposible que conocieran a ninguna mujer pues pararon solo durante el tiempo necesario para el repostaje.

Por fin vuelve a visitar a su tío, contándole su padre que le darán el alta al día siguiente.

Rebeca

Visitan Aguiño, informándoles que la denuncia la puso el hijo de Rebeca, que fue el que la vio con dos marineros, y quien describió al que vio, y que coincidía con el Rubio.

Van a su casa, pero les dicen que su hijo dejó el pueblo unos años antes.

Deciden hablar con el policía que recogió la denuncia entonces, ahora ya jubilado, el cual no es demasiado explicito, señalándoles que ni Rebeca ni su hijo viven allí, señalando que ella se marchó con un hombre, y unos días después desapareció el chico, al que creen fue a buscar su madre, que dice alguien vio en otro sitio.

Visitan a la farmacéutica que les dice que Rebeca no vive allí ni en ningún lugar, porque la asesinaron en 2001.

Les cuenta que la noche de su desaparición salió a comprar cigarrillos al bar del puerto mientras su hijo se quedó dormido en el sofá.

El chico se despertó y la vio desde la ventana tonteando con los dos marineros, por lo que enfadado se fue, viendo cómo uno de los hombres entraba en la casa mientras el otro iba al puerto.

Como la flota estaba amarrada por el temporal descartaron que fueran marineros pese a que el chico los identificó como tales, estando segura de que murió, porque de lo contrario hubiera regresado a buscar a su hijo.

Les asegura que el policía, con el que hablaron antes, puso todo tipo de pegas a las denuncias del muchacho porque el policía la acosaba y ella no le hacía caso.

Les cuenta que el chico se fue a casa de su abuela en el Ferrol, dejando de saber de él unos 8 años antes, cuando la llamó por última vez para contarle que su abuela murió.

Regresan de nuevo a casa de Arias, pero su vecina le dice que lo vio marcharse un par de días antes llevando una maleta, contándoles además que Castelo estuvo en su casa unos días antes de morir.

Se encuentran con Alicia, la hermana de Justo, que les dice que Arias se fue después de hablar con ellos, contándoles que no fue su hermano, sino ella quien llamó a Arias desde la casa de su hermano la noche anterior a su desaparición.

La huida de Arias les lleva a visitar de nuevo a Valverde al que le preguntan si el hombre que estuvo con Rebeca fue Arias, pidiéndole que no lo encubra, ya que no está, diciendo él que no puede declarar algo que no sabe.

Leo empieza a sospechar tras ello que el asesino del Rubio tuvo que ser el hijo de Rebeca, que lo vio en la prensa, o incluso en la televisión gallega, donde salió tras la pesca del pez tropical y pudo así localizarlo.

Cuando le dan el alta a su tío va a ayudar a su padre a llevarlo.

En comisaría les dicen que Arias se fue a Glasgow donde tenía una hija, siendo informados de que tenía antecedentes por peleas.

Examinan tras ello las únicas imágenes que una cámara cercana al faro grabó, observando que durante la noche anterior a la muerte del Rubio solo pasó un Land Rover poco después de las 6 de la mañana, regresando un hombre andando y con un chubasquero a las 6'30, volviendo el coche desde el faro a las 7'30, aunque observan que el conductor que regresaba conduciendo y el hombre que se alejaba del faro andando parecían la misma persona, pese a que tras verle alejarse no le vieron volver a por el coche, por lo que deciden preguntarle a la mujer que vio a el Rubio el domingo al amanecer si este salió con el gorro y el chubasquero, lo que esta confirma.

Caldas llega a la conclusión de que el Rubio no murió el domingo por la mañana, sino el sábado por la noche, saliendo su asesino a la mañana siguiente con el gorro para que creyeran que estaba vivo el domingo.

Llega entonces la mujer de Marcos Valverde a la comisaría para denunciar un intento de robo en su casa, donde les destrozaron la puerta del garaje, pensando todos que pudo ser el hijo de Rebeca, denunciándolo ella porque está asustada, pese a que su marido prefiere no denunciarlo, habiendo decidido poner una alarma.

Acuden a la casa, no explicándose que rompieran la puerta, pues era mucho más fácil saltar la valla, recordando ellos al carpintero al que envían a casa de Valverde para arreglar la puerta.

De vuelta, Rafa le cuenta que llamaron de Ferrol y les contaron que Diego Neira, el hijo de Rebeca tuvo un accidente y sufrió una amputación, llegando a la conclusión de que por eso no podía saltar la valla y tuvo que romper la puerta.

Leo recuerda entonces que unos días antes vio a un chico en la playa volando una cometa, y el muchacho llevaba una pierna ortopédica.

Su compañera les dice que no encuentra ningún Land Rover en la región de las características del que fue al paro, y le cuenta de nuevo la llamada del Ferrol en la que les contaron el accidente de Diego Neira, diciéndole Leo que por eso no podía saltar la valla, pues su pierna se lo impedía, diciéndole su compañera que lo que se cortó fueron varios dedos de una mano pues trabajaba como carpintero construyendo barcos.

Al escuchar a su compañera deciden enviar una patrulla y salen ellos mismos hacia la casa de Marcos Valverde para detener al carpintero que estaba reparando la puerta, y que al ser requerido por los policías trata de huir, debiendo detenerlo Rafa.

Con el Rubio muerto y Arias en Escocia deciden hablar de nuevo con Valverde, al que le piden que vaya a comisaría y cuente de nuevo su versión de la noche del accidente.

Les cuenta que en efecto aquella noche fueron al puerto de Aguiño a cenar, acabando Arias y el Rubio borrachos.

Desde la ventana vieron a una chica que les sonreía y el Rubio y Arias se fueron con ella, decidiendo el capitán y él irse al barco a dormir.

Cuando despertó en alta mar vio a Arias al timón y a sus pies al capitán malherido, saltando al agua poco antes de estrellarse.

Cuando le preguntan por la chica les cuenta que había en cubierta un bulto envuelto en una manta que tiraron por la borda.

Interrogan a Diego Neira que se niega a hablar y que les asegura que él no mató al Rubio, contándole Caldas que el responsable de la muerte de su madre fue Arias y que su madre, tal como pensaban está en el mar, prometiéndole que intentarán buscarla y detener a Arias.

Solo confiesa que hizo las pintadas para obligarle a confesar por qué mató a su madre, pero que no le hizo nada.

Leo le pide que declare que mató al Rubio accidentalmente mientras trataba de presionarle para que confesara, con lo que estará poco en la cárcel, aunque él niega haber matado a nadie y no quiere cumplir pena por algo que no hizo.

Pese a todo es acusado de la muerte del Rubio y es detenido pasando a situación de prisión incondicional y sin fianza.

Arias es detenido en Escocia, y vuelven a interrogarlo, aunque confiesa no recordar nada de aquella noche porque estaba muy borracho. Solo que el agua estaba muy fría.

En ese impasse, Leo se va en autobús a las viñas familiares para ayudar a su padre, dándose cuenta mientras lo hace que las bridas que usa su padre son del mismo tipo de las que ataban las manos del Rubio y que no encontraron en ninguna tienda de la región, contándole su padre que se las enviaron desde la asociación de bodegueros.

Le pide por ello a su padre que le lleve de vuelta a Vigo.

Vuelve con Rafa a visitar a Marcos Valverde para interrogarlo de nuevo.

Su nueva teoría es que fue él quien se enfrentó e hirió a Sousa cuando este se negó a partir por ser una noche tormentosa, diciéndole que tienen también la llave de tuercas con la que golpeó a Castelo cuando vio que este empezaba a pensar en denunciarlo, pues sabía que Arias no sería capaz de hacerlo.

Reciben tras ello una llamada desde las bodegas del propio Valverde, adonde enviaron a otra patrulla confirmándoles que encontraron allí el Land Rover y las bridas.

Ahora saben que no salvaron a Valverde de Diego Neira, sino que fue al revés, que salvaron al muchacho de Valverde, pues fue él mismo quien destrozó la puerta para hacer acudir allí al carpintero esperando librarse de él ante el temor de que fuera el muchacho el que quisiera vengarse.

Tras detener a Valverde regresan a Panxón donde Leo habla con Arias, ya en libertad, el cual le dice que no había sido necesario que fueran a disculparse.

Les cuenta que el Rubio llevaba un tiempo muy nervioso porque recibía llamadas a cualquier hora y tuvo las pintadas, por lo que estaba pensando en ir a declarar.

Leo le pregunta si el Rubio colaboró en la muerte, respondiéndole Arias que fue Valverde solo, pues el Rubio se fue a dormir cuando lo dejó con la chica, y fue a media noche a buscarlo al barco para que le ayudara a limpiar la casa de la muchacha.

De vuelta, en efecto Valverde golpeó a Sousa y puso el barco rumbo a las rocas.

Les cuenta que huyó porque tenía miedo de que Valverde lo acusara a él, pues estaba convencido de que por sus antecedentes lo creerían a él culpable de los asesinatos.

Ahora, ya tranquilo, tras el esclarecimiento del asunto, Arias asegura que se quedará allí, mientras miran el mar esperando que suba la marea.

Calificación: 2