Te cuento la película

La gran belleza
La gran belleza

La grande bellezza (2013) * Italia / Francia

Duración: 142min.

Música: Lele Marchitele

Fotografía: Luca Bigazzi

Guion: Paolo Sorrentino y Umberto Contarello

Dirección: Paolo Sorrentino

Intérpretes: Toni Servillo (Jep Gambardella), Carlo Verdone (Romano), Sabrina Ferilli (Ramona), Carlo Buccirosso (Lello Cava), Giovanna Vignola (Dadina), Iaia Forte (Trumeau), Pamela Villoresi (Viola), Galatea Ranzi (Stefania), Isabella Ferrari (Orietta), Giusi Merli (Sor Maria), Roberto Herlitzka (Cardenal Bellucci).

La película se abre con una cita de "Viaje al fin de la noche" de Louis Ferdinand Celine, que indica que 'Viajar es muy útil. Activa la imaginación Lo demás es sólo decepción y fatiga Nuestro viaje es totalmente imaginario, de ahí su fuerza".

Roma es una ciudad llena de contrastes y de vida, donde se mezcla el sonido de las campanas con los cañonazos en honor a los caídos, donde frente a una bellísima fuente se lava un mendigo, y donde los turistas lo inundan todo.

Por la noche se suceden las fiestas, como la que homenajea a Jep Gambardella en su 65 cumpleaños, donde todos bailan y beben y donde actúa Lorena, una antigua vedette de televisión en declive.

Allí están también todos sus amigos, como Romano, que trata de conquistar a una actriz mucho más joven que él, a la que ve flirteando con otro actor de su edad.

Luego todos disfrutan tras él, que inicia una conga, con "La colita".

Recuerda Jep que cuando era niño, a la pregunta de qué es lo que verdaderamente más te gusta de la vida, mientras los demás respondías, los coños, él decía que el olor de las casas de los viejos, asegurando que estaba destinado a la sensibilidad y a convertirse en escritor.

Romano lleva a su casa a la actriz y se queja de que no le ha hecho caso en toda la noche, mientras ella le recuerda que no son pareja, pese a lo cual él cuenta con él para que la lleve tres horas más tarde al aeropuerto, pero sin permitirle que se quede a dormir en su casa, pese a que vive muy lejos él.

De madrugada Jep remoja su cara y su pelo en una fuente pública, frente a un colegio de monjas, antes de volver a su casa, una fabuloso piso frente al Coliseo.

Acude a una performance en que una mujer desnuda, Talia Concept, cubierta su cabeza con un velo de gasa sobre su cabeza se lanza contra una columna contra la que choca su cabeza hasta sangrar.

La entrevista luego, diciéndole la artista que es una provocadora y vive de vibraciones.

A él le parece pretenciosa, y cuando ella trata de hablar de los abusos que sufrió por parte del novio de su madre él insiste en preguntarle por las vibraciones.

Ella le dice que le interesa que le entreviste su periódico y le sugiere que hable sobre su novio, con el que hace el amor 11 veces al día y es un artista conceptual.

Él dice que su periódico está formado por lectores cultos que no quieren que les tomen el pelo, por lo que le pide que le hable de algo que pueda publicar, pidiendo ella que le diga a su directora que le envíe a alguien de más altura moral, aconsejándole él que cuando hable con ella no le hable de altura, pues Dadina, su directora, es enana.

Esta ríe mucho con la entrevista pese a que él no está contento con ella.

Descubrió además que el truco para el golpe era que tenía gomaespuma.

Dadina le dice que podría haber llegado él más alto, pero es un vago y no sale nunca de Roma, pidiéndole que vaya a Giglio para hacerle un reportaje sobre el Costa Concordia.

Su amigo Romano trata de convencerlo en su siguiente reunión para hacer un libro-entrevista, recordando Jep que solo escribió un libro y fue 40 años atrás, insistiéndole Romano, pues ya firmó y le dieron un adelanto de 1.500 Euros, pidiéndole él que los devuelva.

En la reunión está también Lello, que es vendedor mayorista de juguetes, que acude con Trumeau, su mujer, y Viola Bartoli, rica viuda de un asesinado que tiene un yate que perteneció a Himmler.

Está también Dadina y el joven con el que sale, Sebastiano Paf, que es poeta.

Viola está preocupada por su hijo y le pide a Jep que aconseje a este, pues va al psicólogo, pero quiere dejarlo, diciéndole Jep que debe asumir que es un poco raro.

De hecho, terminada la fiesta Viola se encuentra a Andrea, su hijo, con el cuerpo pintado de rojo.

Jep regresa andando con Orietta, una mujer milanesa que antes dijo que los romanos eran insoportables, y que durante el trayecto le recita el final de su libro, que ella dice leyó de adolescente y le impresionó, por lo que piensa que cuando lo escribió debía estar totalmente enamorado.

Jep le pregunta a qué se dedica, respondiéndole ella que es rica, diciéndole él que ese es un bonito trabajo.

Se acuesta con ella, aunque cuando terminan ella le dice que ha notado que no le ha gustado, diciendo que sabe que no es muy buena.

Orietta le cuenta que se hace fotos a todas horas del día, y él le indica que el mayor descubrimiento después de cumplir 65 años fue que ya no podía perder el tiempo en cosas que no le apetece hacer.

Por ello, cuando Orietta regresa con el ordenador para mostrarle sus fotos ve que él se marchó ya.

Cuando llegó a Roma con 26 años, Jep se precipitó a la mundanidad. Quería ser el rey de la mundanidad y lo consiguió.

Quería participar en todas las fiestas y tener el poder de hacerlas fracasar.

Cuando llega a su piso ve frente a un hombre que le dice que es Alfredo Marti, aclarándole que es el marido de Elisa de Santis, que le dice, murió el día anterior.

Al escucharlo lloran ambos, contándole Alfredo que, aunque estuvieron casados 35 años, ella siempre le quiso a él, aunque Jep le dice que fueron novios cuando eran muy jóvenes y le dejó ella en septiembre de 1970.

Pero Alfredo insiste en que siempre le quiso a él pese a que no volvieron a verse, diciendo el marido que encontró un diario suyo con un candado, y aunque Jep le dice que él es escritor y los que escriben dan rienda suelta a la imaginación, incluso a las mentiras, Alfredo señala que sin embargo, de él escribió solo que era un buen compañero.

Jep recuerda a aquella primera novia, Elisa, un día en que fueron a la playa con varios amigos, en que él estuvo a punto de ser arrollado por una barca.

Va a visitar a Romano, que trata de adaptar a D'Anunzio al teatro, recomendándole Jep que escriba algo suyo con sentimiento y que deje a la chica que está con él, que ni siquiera le ha dado un beso.

Por el contrario, Romano le hace observar a sus vecinos, una pareja de estudiantes que se conocieron 10 días antes y desde entonces de pasan el tiempo besándose sin parar.

En la siguiente reunión del grupo de amigos, Stefania y Jep vuelven a discutir, como suele ser habitual, minusvalorando ella la novela de Jep por pretenciosa, mientras que presume de las 11 novelas que ha escrito ella, aunque le recuerdan que también trabajó para un reality.

Jep le pide que no sea tan pretenciosa, pues los demás hablan de trivialidades y le recuerda que ella escribió la historia oficial del Partido porque era amante de su presidente y sus 11 novelas fueron publicadas por una pequeña editorial financiada por el Partido y reseñadas por pequeños periódicos, también afiliados y son irrelevantes.

Le pide que no alardee tampoco de su historia con Eusebio, con el que tiene 4 hijos, diciéndole que todos saben que Eusebio está enamorado de Giordano, además, y dado que trabaja todos los días en televisión y sale cada noche, la supuesta educación de sus hijos, de la que presume, no es tal, pues tiene mayordomo, camarero, y tres niñeras.

Le pide que no los mire por encima del hombro, que todos están igual y deben mirarse con aprecio.

Dolida por este ataque de sinceridad, Stefania se marcha.

Acude a un club de striptease, donde iba cuando era más joven, y que dirige su amigo Egidio, que tiene una hija, Ramona, que trabaja de stripper allí mismo, preguntándose su padre en qué se gasta el dinero, pues nunca tiene nada, y le preocupa, porque Ramona tiene ya 42 años y su carrera como stripper no podrá alargarse.

Le pide a Jep que le busque un buen marido, recordándole aquel que no es un chulo.

De regreso se cruza con Fanny Ardant, a la que saluda como Madame Ardant.

Su siguiente reportaje es sobre un médico esteticista que pone cada día centenares de tratamientos con bótox a todo tipo de personas.

Va a ver a Ramona a su casa y salen a comer juntos, pues quiere conocerla.

En el restaurante coinciden con Viola y Andrea, que siempre habla de la muerte.

Ella le cuenta su vida y sus experiencias, como la que tuvo con el primer tipo con el que se acostó, una experiencia que recuerda fue muy poco satisfactoria.

Por su parte Jep recuerda que su primera experiencia fue en una isla en verano. Él tenía 18 años y ella, Elisa, 20, y fue junto al faro, por la noche. Ella giró su cara cuando él intentó besarla, pero ella volvió entonces y lo besó.

Vuelven a salir al día siguiente, llevándola a una de sus fiestas que se celebra en casa de un amigo que el más famoso coleccionista de arte contemporáneo de Roma, donde algunas de las amigas de Jep critican el poco gusto de Ramona.

En ella, un lanzador de cuchillos se los lanza a Trumeau, la mujer de Lello.

También acudieron a la fiesta unos amigos que desean que las pinturas de su hija sean vistas por los galeristas invitados, aunque la niña solo quiere jugar con otros niños, debiendo obligarla sus padres a salir y a realizar su exhibición, una especia de performance, en que la niña pintora lanza cubos de pintura de diversos colores con rabia a un lienzo que luego restriega con sus manos.

Jep le cuenta a Ramona que esa niña gana millones.

En la fiesta está también Stefano, un hombre que tiene un maletín con las llaves de los edificios más bellos de Roma, porque, dice, es amigo de las princesas, mostrándoles uno de ellos, donde hay montones de esculturas romanas de gran belleza, y donde están las que llama "princesas", jugando a las cartas, contándoles que tiene esas llaves porque es digno de confianza.

Llega la noticia de la muerte de Andrea, supuestamente al quedarse dormido mientras conducía.

Jep le pide a Ramona que lo acompañe al funeral, que asegura es la cita mundana por excelencia, pues se está como en un escenario, pero no hay que llorar para no robar protagonismo al dolor de los parientes.

Acuden al funeral, pero cuando piden que los amigos de Andrea se acerquen a llevar el ataúd no sale nadie hasta después de un rato, debiendo hacerlo, los amigos mayores de Viola, Jep, Romano o Lello entre otros, llorando Jep al hacerlo.

Se acuesta con Ramona, a la que le dice, al despertarse que fue bonito no hacer el amor, diciendo ella que fue bonito quererse, confesándole que utiliza todo el dinero para curarse, pues tiene una grave enfermedad.

Enfermedad que no superará, muriendo también.

Romano actúa en el teatro con un monólogo, acompañado por un guitarrista.

Pero Jep no acude a verlo, él se encuentra con su amigo Arturo, que ensaya un número en que hace desaparecer a una enorme jirafa, preguntando Jep que si lo podría hacer desaparecer a él, diciéndole que si pudiera, lo haría con el mismo, pero que es un truco.

Cuando ve luego a Romano, este le dice que fue bien el espectáculo, pero que no repetirá al día siguiente, pues ha decidido dejarlo todo y marcharse al pueblo, ya que, después de 40 años en la ciudad cree que el único que merecía una despedida era él, pues Roma le ha decepcionado.

Va a ver a Alfredo y le pregunta por qué lo dejó Elisa, aunque él tampoco lo sabe pese a los diarios. Le pide que le deje leerlos, aunque Alfredo le cuenta que después del funeral los tiró.

Pero le presenta a Polina, su pareja actual, felicitándole por ella.

Vuelve a sus fiestas y a la borrachera. Las congas y la cocaína.

Allí le cuentan que Viola está donando todos sus bienes a la iglesia y se prepara para hacer un voluntariado en África.

Dice que todos le preguntan por qué no ha escrito otra novela, pero dice que su vida es la nada y es difícil escribir sobre ella, que ni siquiera Flaubert.

Acude a cubrir una exposición de un hombre al que su padre le hacía una foto cada día desde que nació y que la continuó él desde los 14 años, observando que tiene pegadas todas esas fotos sobre un muro, con su evolución.

Durante una boda, Lello le presenta al Cardenal Bellucci, que es candidato al papado y que de joven fue el mejor exorcista de Europa.

Uno de sus vecinos, que siempre se negó a hablar con él cada vez que coincidían en el ascensor, se dirige por fin a él desde su terraza para decirle que es un trabajador que saca adelante al país mientras él se pasa la vida de fiesta con sus amigos.

Jep ve cómo justo en ese momento se lo lleva la policía.

Se siente consternado luego hablando con Dadina, pues su vecino era Giulio Moneta, uno de los 10 hombres más buscados del mundo y no se dio cuenta.

Se muestra además triste viendo cómo todo se muere a su alrededor y no lo entiende.

Unos días más tarde le encargan una entrevista a Sor María, a la que llaman la "Santa", que va a ir a Italia desde África, donde es misionera africana, y que solo dio tres entrevistas en su vida y aceptó darle una a él porque leyó su novela y le gustó, y por eso quiere conocerlo y le organizaron una cena en su casa.

La visita genera gran expectación y van a verla y a presentarle sus respetos otras monjas, algunas incluso de clausura y pastores de diversas religiones.

Entre los asistentes está el cardenal Belucci, que comenta a otro que al día siguiente tiene el honor de cenar con él, preguntándole otro cardenal si con el Santo Padre, a lo que responde que no, que con Jep Gambardella.

Dadina le dice que la Santa quiere que invite a la cena a los condes de Odescalchi porque la trataron muy bien cuando estuvo en Roma, aunque Jep le dice que todos los nobles importantes están en Londres en la boda de la sobrina nieta de Felipe, sugiriendo Dadina llamar a los Colonna de Reggio, que alquilan su presencia por dinero, estando convencida de que no se dará cuenta, pues estuvo con ellos 70 años atrás.

Ellos señalan que cobran 250 cada uno por noche, más el coche de alquiler, aunque lamentan tener que hacerse pasar por otros nobles, algo que consideran humillante.

Durante la cena, en la que habla sobre todo el asistente de la religiosa, comentan que no se aloja en un convento, sino en un hotel, pero que no se encuentra cómoda porque no está acostumbrada a dormir en una cama.

Les cuenta también que trabaja cada día 22 horas con los enfermos pese a que va a cumplir 104 años y no concede entrevistas desde 1971, por lo que la entrevista con Jep es un malentendido ya que las entrevistas están descartadas.

Dadina le pide al asistente que permita hablar a Sor María, pues contesta él a todas las preguntas.

Ella dice que ha hecho un voto de pobreza y esta no se cuenta, se vive y se levanta para ir al baño y el asistente le cuenta que el cambio de dieta le sentó mal, pues en Mali solo come 40 gramos de raíces vegetales al día.

Aprovecha Jep para hablar con el cardenal Belucci, que parece interesado solo en contar sus especialidades culinarias, recordándole que intentó hacerle unas preguntas en la boda donde le conoció, pero que no le hizo caso y ya no quiere hacerle las pregunta sobre la fe y la espiritualidad que quiso hacerle aquel día, pues dice, sería una gran decepción ver que no tiene una respuesta.

Pero luego, cuando se despide, le pregunta si es cierto que fue un gran exorcista, aunque lo único que obtiene es una bendición.

Como Sor María no regresa, salen todos a buscarla por los jardines, sin resultado.

Jep se retira a su habitación, encontrándola tumbada en el suelo de esta durmiendo.

Antes de retirarse, y aprovechando que están al lado, la condesa Elisabetta Colonna di Reggio visita la casa donde nació en 1930.

Allí explican su historia. La muerte de su madre tras el parto y su infancia feliz hasta que su padre, el príncipe Erminio, debido a las dificultades económicas tuvo que vender todo.

Mientras la monja desayuna al día siguiente en la azotea de Jep, una bandada de flamencos que migran hacia el oeste paran allí.

Sor María le pregunta por qué no volvió a escribir un libro, diciendo él que buscaba la gran belleza, pero no la encontró.

Ella le cuenta que solo come raíces porque las raíces son importantes. De pronto sopla y todos los flamencos salen volando.

Jep navega en su yate hacia a la Isola del Giglio para su reportaje sobre el hundimiento del Costa Concordia

Entretanto, Sor María sube de rodillas la Escalera Santa de San Juan con gran dificultad por su edad.

Al pasar junto a un faro, Jep recuerda a Elisa, y cómo de pronto le mostró sus pechos.

Dice que todo termina con la muerte, pero antes estuvo la vida bajo la charla. Todo se resguarda bajo la frivolidad y el ruido. Tanto la belleza como la desgracia. Todo sepultado bajo el manto de la vergüenza de estar en el mundo.

Considera que ha llegado el momento de empezar su nueva novela, mientras vuelve a recordar su dulce historia con Elisa.

Calificación: 3