Te cuento la película

La octava mujer de Barba Azul
La octava mujer de Barba Azul

Bluebeard's Eighth Wife (1938) * USA

          También conocida como:
                    - "Las ocho mujeres de Barba Azul" (Argentina)

Duración: 80 Min.

Música: Friedrich Hollaender, Werner R. Heymann

Fotografía: Leo Tover

Guion: Charles Brackett, Billy Wilder (Obra: Alfred Savoir)

Dirección: Ernst Lubitsch

Intérpretes: Claudette Colbert (Nicole de Loiselle), Gary Cooper (Michael Brandon), Edward Everett Horton (Marqués de Loiselle), David Niven (Albert De Regnier), Elizabeth Patterson (Tía Hedwige), Herman Bing (Pepinard)

Costa Azul

Un hombre se detiene ante un escaparate donde se indica que se habla alemán, italiano e inglés y se entiende el americano, entrando para comprarse un pijama, aunque el encargado lo acosa tratando de venderle otros productos.

Tras elegir uno de los que le muestran, indica, solo pagará 100 francos, no los 200 que cuesta, puesto que solo quiere la parte de arriba, ya que no usa el pantalón, aunque, le indican no se venden por separado, diciéndoles él que es una estafa.

Ante su insistencia, el encargado sube a hablar con su superior, y juntos, suben un piso más para hablar con el vicepresidente, que llama al presidente, que en ese momento está en la cama aún y que se levanta para hablar por teléfono, no llevando pantalón de pijama, aunque asegura que no pueden venderlo por separado para no crear un precedente, acusando al comprador de comunista.

Pero mientras discuten, aparece una mujer que dice que ella comprará los pantalones si se ponen de acuerdo sobre el color, pareciéndole a ella el azul que había elegido él muy triste, pues le gusta despertar y ver algo alegre por la mañana, sugiriéndole uno de rayas pese a que él dice odiarlas, hasta que ella le dice que ha estado fijándose en él y pensando que el tipo de pijama que le iría bien es uno de rayas, aceptando él probárselo, aunque, asegura que con algo tan chillón no pegará ojo, diciéndole ella que si tiene problemas para dormir debería consultar a un médico y le sugiere el método del profesor Urgamzeff de deletrear una palabra larga, como Checolsolvaquia, al revés para dormir.

Accede a comprarlo, aunque ella dice que él debería pagar más pese a que él alega que los pantalones tienen más tela, recordándole ella que le ha ayudado con el profesor Urganzeff. Aceptando pagar 125 francos.

Mientras se lo envuelven, él le dice que está bien que una mujer se encargue de la ropa del marido, aclarándole ella que no es para su marido, pues no está casada, insistiendo él en que, con lo baja que es, le extraña que tenga un hermano tan alto para que le sirvan los pantalones, diciéndole ella que tampoco tiene hermanos.

A la salida va tras ella y al llegar a su altura se quita el sombrero, pero no se para, para sorpresa de la mujer, que esperaba que lo hiciera.

Se hospeda en el Hotel du Sud, donde por la noche utiliza el método que le indicó la dama para dormir, aunque cuando va por la mitad de las letras ve que se le olvidaron algunas de ellas, viendo que no funciona el método.

En el hotel le proponen dormir en un piso superior, donde se oiga menos el océano, aunque cuando entran en el dormitorio ve que en la cama hay un hombre acostado.

El encargado le recuerda al hombre que está allí, el marqués de Loiselle, que ya le advirtieron que debía marcharse, aunque él recuerda que no ha dejado nunca esa habitación y se niega a estar al lado de los criados, recordándole el encargado que les debe los dos últimos meses, diciendo el hombre que está muy disgustado con la comida del hotel, y que el filete del miércoles estaba duro, diciéndole el encargado que no era motivo para que pidiera a gritos un hacha para cortarlo.

Le dice que se irá del hotel, aunque le dicen que no sin pagar los 60.000 francos que debe, diciendo que es una minucia si un millonario acepta su propuesta.

El marqués recibe entonces una llamada. Cree que le llama el señor Brandon desde Nueva York, aunque pronto le aclaran que no está hablando con el señor Brandon, sino que quien llama, quiere hablar con el señor Brandon.

Aparece entonces el caballero americano que coge el teléfono y dice que es él Brandon, y ordena algunas acciones para la bolsa, o que incluso compren toda una compañía.

Cuando cuelgan, el marqués aprovecha para decirle que le mandó un proyecto, diciendo Brandon que lo recuerda y que es fantástico, pero que no lo aceptará, pues debe gestionarse bien, asegurándole el marqués que tiene experiencia, aunque Brandon le dice que lo sabe todo sobre él, como que obligó a un millonario a financiar las carreras de coches, y al final fue él quien se quedó su dinero, sabiendo incluso que tiene un descubierto de 1.775 francos.

Al ver que no acepta su sugerencia intenta venderle una bañera de Luis XIV, aunque Brandon le dice que él siempre se ducha.

Pero de pronto repara en que el marqués lleva puestos los pantalones de su pijama y le pregunta si no le da vergüenza a un hombre de su edad tontear con una joven, preguntando el hombre si también sabe eso, diciendo él que le basta con mirar los pantalones para saberlo, diciendo el hombre que, aunque no le hacen juego y son demasiado largos, él conoce ya su situación financiera y que se los compró su hija.

Al escucharlo, él le dice que le comprará la bañera y que no lo llame señor Brandon, sino Mike, pues serán parientes, tras lo que le da dos besos y le explica que de no llevar esos pantalones no le habría comprado la bañera, y le asegura que va a pasar la luna de miel en Checoslovaquia con su hija.

Ajena a ello, Nicole, su hija, se reúne en la playa con Albert, que se excusa por llegar tarde, contándole que estaba en el salón de belleza y llegó el dueño y le dejaron la manicura a medio hacer al no poder pagar la factura del mes anterior y se muestra angustiada porque deben dinero a todo el mundo.

Le pregunta a Albert qué puede hacer para conseguir un empleo, preguntándole él que sabe hacer, confesando ella que nada.

A su lado y totalmente vestido, aunque tumbado en la arena, está Brandon, que la saluda, y cuando Albert le pregunta de que lo conoce, ella le dice que solo sabe que duerme con la parte de arriba del pijama.

Albert le dice a Brandon que le suena su cara; que debieron verse en las carreras de Deauville, aunque Brandon le dice de forma categórica que ninguno de los dos estuvo en Deauville, y cuando Albert muestra su indignación por su tono, Brandon le dice que lo sabe todo sobre él. Que es el conde Régnier y trabaja en un banco donde gana 20.000 francos que, le dice, no se merece, pues se pasa el día mirando por la ventana del banco.

Albert, sorprendido, le pregunta si es detective, diciendo él que no, que es el dueño del banco y le recuerda que sus vacaciones acabaron el viernes anterior, tras lo que le dice, que, ya que está allí, será su secretario, comenzando a dictarle una carta para el museo Hannibal de Michigan, de donde es él, diciendo que les envía la bañera de Luis XIV, aunque no puede garantizar que sea auténtica, diciéndole a Nicole que la compró en cuanto vio los pantalones de pijama de su padre.

Albert va a enviar la carta y él se sienta con Nicole y le pregunta si sigue loca por él, haciéndole ver ella lo poco delicado que es, y se mete en el agua yendo hasta una plataforma, para librarse de él, que, con su traje logra llegar a la balsa en una especie de bicicleta de agua.

Una vez allí, le pregunta a la chica si quiere casarse con él y le dice que deben hablar, pues no funcionó lo de Checoslovaquia, que empeoró las cosas, pues no podía dejar de pensar en ella, ya que, desde que la vio pensó que era la chica con la que iba a casarse, pues actúa por impulsos, ya que odia la burocracia y el flirteo es para él como la burocracia del matrimonio.

Ella le dice que no deben apresurarse, preguntándole si no querría saber antes algo más de ella, al menos su opinión, y se va nadando de nuevo, diciéndole que ojalá pudiera decirle lo que opina de él realmente.

Llega a la oficina destrozado, y cuando Albert le habla de la carta al museo, le pide que no vuelva a recordarle ni a la chica ni al marqués ni a los pantalones de pijama ni la Riviera, ni Francia ni Checoslovaquia.

Pero entonces ve que llegó ya la bañera.

El marqués le dice a Nicole, cuando le pide que devuelva el dinero, que necesitaba trajes nuevos y un coche, y una mesa de billar, diciendo él que conserva el cheque por los 60.000 francos de la bañera, diciéndole ella que Brandon no quería la bañera, que era un adelanto para comprarla a ella, aunque él asegura que le encantó la bañera, aunque justo en ese momento llaman a su puerta, llevando dos operarios la bañera de vuelta.

Nicole vuelve a pedirle el cheque, pero él indica que debe pagar la factura del hotel e invitó a toda la familia de París, con los gastos pagados, al anuncio de su compromiso.

Consigue que le devuelva el cheque y baja con él a la habitación de Brandon, que asegura que la esperaba, diciéndole ella que no es tan buen negociador y que no debe vender la piel del oso antes de cazarlo y le dice que le libera del trato de la venta de la bañera, que él asegura, tras ver su tamaño que es una palangana, haciendo que ella muestre su indignación, por lo que vuelve a marcharse con el cheque, volviendo a bajar los operarios la bañera a la habitación de Brandon.

Cuando sale de la ducha, que no funciona, ve la bañera y se mete en ella para ver si cabe, pidiendo a Albert que escriba a Nicole pidiéndole disculpas y citándola para discutir durante una cena si la bañera es muy corta o él muy largo, aunque mientras le dicta la nota se rompe la bañera, que insiste, era una palangana.

Queda en efecto con Nicole esa noche, que ahora parece encantadora.

Él le dice que se interesó por Luis XIV, pues ella antes le preguntó de qué época era y él no lo sabía, y ella le muestra que se ha informado que el petróleo subió dos puntos y luego le dice que está loca por él y se besan.

Por la noche acuden la recepción con la familia Loiselle, la mayoría de ellos pertenecientes a la nobleza europea, y, al sacar Michael un pañuelo se le cae algo de arroz, diciendo que hacía mucho que no se ponía ese traje, preguntando ella por qué tiene arroz, diciendo él que se usa en las bodas porque da buena suerte, preguntando ella si les dio buena suerte, diciendo él: "fuimos felices seis meses".

Mientras fuera están todos esperando para la foto familiar, Nicole es incapaz de mantener su sonrisa forzada e indica que necesita un momento, y le pregunta si estuvo ya casado, diciendo él que sí, pero que se divorció, dando por sentado él que lo sabía, pues salió en primera plana en todos los periódicos.

Pero ella solo recuerda que le gustó en una tienda, lo odio en una balsa y se enamoró de él por una bañera, y se besan de nuevo, tras lo que le pregunta cómo se llamaba ella, diciendo él que Marjorie, tras lo que le pregunta por qué se divorció, diciéndole que era celosa, aunque él no le dio motivos. Le dijo que estaba loco por Linda, preguntándole ella por qué no se casó con Linda, diciéndole que lo hizo, hablándole luego de Elsie.

Ella le pide que le cuente todo, diciendo él que es mejor que vayan a hacerse la foto, pues le llevará algún tiempo, preguntándole ella cuántas veces ha estado casado, diciéndole él que 7, no pudiendo dar crédito ella a que diga que cree en el matrimonio habiendo tenido 7 mujeres y 7 divorcios, aclarándole él que fueron solo 6, pues una de ellas murió de muerte natural.

Ella dice que ahora, si alguien la llama señorita Loiselle sabe que hablan de ella, pero si alguien la llama señora Brandon no sabrá si se dirigen a ella, por lo que sale al salón donde esperan los familiares y les informa que no habrá boda, formándose un tremendo revuelo.

Entran en la habitación con el padre, que se mareó y con la vieja tía Hedwige que habla como jefa de la familia Loiselle y le dice a Brandon que ya los humilló bastante, por lo que le pide que se marche, llamándolo depravado, preguntando él qué puede hacer si se enamora, diciéndole la mujer que casarse con la chica y seguir casado, diciendo él que si se equivoca no quiere mentir ni buscarse excusas ni engañarlas y que las mujeres que se casaron con él están mejor que antes de casarse, pues firma con ellas un contrato prematrimonial para ser justo , diciendo la tía que no les interesa su dinero.

Les deja siempre 50.000 dólares al año en bonos del estado libres de impuestos, haciendo que al escucharlo, el marqués se levante, preguntándole la tía si es el padre o un accionista, pidiéndole que prohíba ese matrimonio, diciendo Nicole que decidirá ella, y que no se va a dejar seducir por sus 50.000 dólares, algo que aplaude su tía, diciendo entonces, que ella pedirá 100,000, siendo ahora su padre quien diga "bravo".

Brandon dice que está loco por ella y acepta, pese a que la tía grita que es un escándalo.

La pareja parte para su viaje de novios en el tren al que les acompañan los familiares.

Llega también Albert con un ramo de flores, cuando el tren está ya en marcha y le dice a Nicole que si es infeliz, siempre lo tendrá a él, diciendo que no es ella quien necesita suerte, sino él, que en esta ocasión sí ha comprado una palangana.

Checoslovaquia

Si uno va a Checoslovaquia en luna de miel y sigue teniendo que deletrearlo al revés, es que algo no va bien.

Pasean muy serios, juntos, pero luego se cruzan en el río, yendo cada uno en una barca.

De regreso en París, él está muy irritable y coincide con Nicole en una librería, comentando él que el médico le recomendó leer para relajarse, pidiendo media docena de libros relajantes, sugiriendo ella que le pongan alguno de poesía.

Él le dice que si fuera un poco amable con él no necesitaría relajarse, diciéndole ella que acabará teniendo una buena biblioteca.

Él le dice que sabe que decoró de nuevo su habitación, y lo sabe porque su doncella se lo contó a su criado, pues se llevan muy bien pese a vivir en la misma casa.

Él dice que el nuevo cocinero es muy bueno, diciendo ella que casi nunca cena allí, diciendo él que ya vio en la prensa que sale mucho, acercándose cuando sale otro sirviente que lo confunde con el chófer y le aconseja que se vaya, pues raramente regresa antes de las tres de la madrugada.

Ninguno de los libros le gusta, hasta que se topa con "La fierecilla domada", que le fascina, y entonces toma una decisión. Va a la habitación de Nicole y le da una bofetada, aunque ella le responde con otra, por lo que, no sabiendo qué hacer regresa para seguir leyendo el libro y vuelve al cuarto, esta vez sonriente, la coloca sobre sus rodillas y la golpea en el trasero, diciendo "Shakesperae", aunque regresa poco después a su habitación enfadado, lanzando el libro a la chimenea.

Entra Nicole tras él con gasas y otros productos, diciéndole que siempre cura a la gente tras morderla, curando la herida que le hizo en la pierna.

Poco después él prepara un cóctel y ella va, muy arreglada a su cuarto, diciéndole él que le alegra que aceptara su invitación, proponiéndole cenar allí y luego irán a ver un espectáculo, diciéndole que puede elegir entre el boxeo y para el ballet.

Brindan por poder estar sin discusiones ni galanteos, como una pareja normal, diciendo ella que si se porta bien, será generosa e irán al boxeo, pero al menor desliz, acabarán en el ballet.

Pasan a cenar, aunque una cena tipo buffet, al estar el servicio descansando, recordándole ella que hay tres ballets esa noche, decidiendo hablar de temas impersonales para no tener que pelearse.

Él consigue que brinde pese a que no pensaba tomar alcohol, y luego, como el caviar estaba muy salado, vuelve a beber champán.

Él empieza a hablar de Luis XIV, como el día que empezaron a salir y pone luego el vals que sonaba entonces, preguntándole a ella si le apetece bailar de forma impersonal, recordándole ella que el boxeo empieza a las 8'30, pese a lo cual acepta el baile.

Luego, él toca el piano y ella bebe más champán, comentando lo salado que está el caviar, y ya achispada, ella recuerda cuando le conoció en la tienda, asegurando que podría haberlo besado allí mismo.

Él sigue cantando mientras toca y ella le dice que no parece el mismo, que no parece el multimillonario, sino un hombre con 100.000 dólares menos.

Él se acerca y trata de besarla, recordándole ella que le prometió que no lo haría y le dice que los separa un abismo de 7 esposas, pidiéndole él que no sea celosa, pues ya las olvidó, diciendo ella que para él las personas son como camisas que tira tras usarlas.

Él le pide que dé rienda suelta a sus sentimientos, mientras la abraza.

A sabiendas que él odia la cebolla, come varias.

Él le pide que le diga que le quiere, pidiéndole ella que le bese, haciéndolo él, viendo que cayó en la trampa y que se ha reído de él, viendo que, en efecto, no para de reír.

Después del enfado inicial, él dice que van a comportarse como personas y le recuerda que se casó con él, diciendo ella que la compró, diciendo él que, entonces, cumpla con su contrato, asegurando que no le dará ni un dólar, diciendo ella que lo hará cuando se divorcien, diciendo él que ese fue su objetivo, asegurando ella que, desde el principio, diciéndole Michael que en América eso se llama timo, diciendo ella que también se llama así en Francia y le recuerda que ha sido su peor inversión.

Él le recuerda que su posición es debida a su tenacidad, y que, cuanto más difícil es algo, mas lucha y que la palabra fracaso no está en su vocabulario.

Luego trata de calmarse y le pregunta si quiere divorciarse, diciendo ella que sí, aconsejándole que no se separe de él y en tres semanas se lo pedirá de rodillas.

Ella dice que no es justo para su futuro marido, amenazando él en aplastarla como una mosca, recibiendo un escupitajo con sabor a cebolla que lo deja fuera de juego.

Michael recibe una carta en la que una persona anónima le dice que el marido suele ser el último en enterarse, y que por eso le dan una pista., firmando "un amigo".

Nicole va en su coche cuando se topa con Albert y accede a llevarlo. Albert sabe que Michael sale esa tarde hacia Bruselas, y le sugiere pasar la noche juntos, diciéndole ella que, aunque se fuera a China seguiría negándose.

Cuando llega a casa, le abre Michael, observando ella que se ha dejado bigote, aunque tras ver que no consiguió impresionarla se lo vuelve a afeitar.

Llega después a casa un detective, Pépinard, que se hace pasar por médico de Brandon, al que le garantiza que el comportamiento de su mujer es irreprochable y que no existe ningún otro hombre, y que es la propia señora Brandon quien manda los anónimos, viendo que recogió el último sobre escrito por ella y que trataba de enviar a su hotel en Bruselas para que lo recibiera allí para ponerlo celoso.

Él decide que la va a sorprender. Dirá que va a Bruselas, pero se quedará allí para sorprenderla con su misterioso amante y así se reirá de ella.

Le dice luego al detective que espera que su mujer no le haya visto, asegurando que es invisible, aunque cuando se marcha sale Nicole, que le dice, adiós, señor Pépinard.

Sorprendido, le dice que debe confundirlo con otra persona, diciendo ella que vio que le seguía y decidió seguirlo ella a él, sabiendo dónde vive, habiendo estado incluso en su piso y con su esposa, y sabe que está liado con la dependienta de la tienda de la esquina, que, le dice, a su vez, sale con otro.

Le exige, tras ello, que le cuente todo lo que le dijo a su marido, decidiendo él contárselo para "salvar su hogar", evitando que ella le cuente a su mujer lo de la dependienta.

Le confiesa que le contó lo de las cartas y que no hay otro hombre, y que regresará esa noche para reírse en su cara, diciéndole ella que necesita un hombre esa noche para sorprenderle a él y le dice que le pagará 5.000 francos para que le proporcione a alguien, decidiendo él que sea un boxeador.

Michael se despide de su mujer muy sonriente, indicando que va a Bruselas.

Nicole recibe a Kid Mulligan, al que pide que no haga mucho daño a su marido, diciendo él que solo le hará un corte en el labio, lo que a ella le parece demasiado, diciendo él que lo noqueará, y aunque ella dice que es excesivo, aunque él dice que es una sensación muy agradable, en que pareces flotar y visitar lugares maravillosos.

Ella le pide que lo haga, aunque luego reflexiona y dice que eso sería demasiado bueno para él, aunque finalmente decide que será lo mejor.

Pero no contaba con Albert.

Ella se dejó esa tarde olvidado el bolso en el coche y él aprovecha que tiene sus llaves y que sabe que no está Michael para presentarse, impecablemente trajeado, en su casa.

Abre sigilosamente y ella se coloca en los brazos del boxeador y le pide que pase, aunque no lo hace, saliendo Kid, que lo noquea, pensando que es Michael.

Hecho su trabajo, el boxeador se marcha.

Entretanto, Michael disfruta de una comedia en el teatro y ríe con ganas, hasta que se da cuenta de que es ya la hora de marcharse.

Para entonces Nicole ya ha descubierto el error y le dice a Albert que lo estropeó todo.

Llega el taxi de Michael y Nicole le pregunta a Albert cariñosamente dónde recibió el golpe, dándole ella otro que lo deja nuevamente noqueado.

Le revuelve luego el pelo y le quita la pajarita y sirve champán.

Cuando entra Michael ella sale a recibirlo fingiéndose sorprendida, diciendo que pensaba que estaba en Bruselas, aunque simulando estar nerviosa, diciéndole que no creerá que esconde algo, diciendo él con tranquilidad que no.

Le dice que se va a la cama, y ella le dice que, si duda de ella, puede pasar a su cuarto, diciendo él que lo hará, tras lo que ríe estruendosamente, aunque en ese momento sale Albert, que se quitó la chaqueta y los pantalones a dejar los zapatos en la puerta y a pedir silencio.

Entra furioso, descubriéndolo en la cama, diciendo ella que solo fue a llevarle el bolso.

Michael le dice que ha aguantado todo lo que le ha hecho hasta ese momento, pero que si dice que fue a llevarle el bolso la mata.

Albert se marcha con la ropa aún en la mano y aturdido.

Michael le dice tras ello a Nicole que ha ganado, reconociendo que nadie le había ganado antes. Que quería herirlo y lo ha conseguido, preguntándole por qué no se ríe, tras lo que le indica que su abogado irá a verla al día siguiente.

Nicole le dice que fue ella la culpable y es mejor que la demande, diciendo él que prefiere que parezca que es él el culpable por varias razones, comprendiendo ella que es por su reputación, diciéndole ella que nadie sabrá nada nunca.

Poco después, los periódicos franceses se hacen eco del divorcio de los Brandon, informando otro diario que Brandon sufre una depresión.

Permanece ingresado, en efecto en el sanatorio del profesor Urganzeff.

Este da el alta a un hombre que se creía que era una gallina, comentando lo cruel que es la bolsa, aunque nada más salir del sanatorio compra un periódico donde hablan de una dramática caída de la bolsa de París, poniéndose de nuevo a cacarear.

En su habitación, Michael trata de autosugestionarse para pensar que está bien.

Nicole acude al sanatorio y trata de conseguir que le permitan verlo, aunque le deniegan la entrada, asegurándole que, aunque le permitieran entrar él no querría escucharla, pues cada vez que oye su nombre se pone frenético, y si supiera que está allí podría saltar por la ventana.

Decide probar suerte su padre, que llama a la puerta y se pone a ladrar, ante lo que le permiten la entrada, aunque el doctor saca a su perro de la consulta para recibirlo.

Nicole lo espera en el coche y oye un ladrido y lo llama papá, antes de darse cuenta de que se trata de un perro de verdad, aunque luego sí sale su padre, ahora con las llaves de la clínica, que compró, diciéndole a su hija que era una ganga.

Cuando el marqués se asoma a la habitación de Michael, este monta en cólera, pero aparecen entonces media docena de celadores que le ponen una camisa de fuerza, entrando Nicole entonces, que le dice que le costó mucho entrar e hizo que le pusieran la camisa de fuerza porque le quiere, preguntando él como se atreve a hablar de amor después de haber rehusado a comportarse como una esposa.

Sabe ya que lo de Albert era un montaje, y que le molesta más aún, pues está convencido de que quería el dinero desde el principio y ya lo tiene.

Pero ella le dice que no es cierto, que le quiso desde el principio, pero quería bajarle los humos porque no quería ser una más en su colección, pero que ahora cambiaron las cosas, pues es libre y tiene dinero, y si le acepta ahora es porque le ama de verdad.

Lo obliga a sentarse y se pone en sus rodillas y comienza a acariciarle, diciendo ella que si no se ha vuelto a casar en los últimos meses es porque no la ha olvidado.

Pese a todo, él asegura que no volverá a casarse con ella, pese a que comienza a besarlo y acariciarlo pese a las quejas de él, que le dice que no le importa.

Acaba cayéndose la silla y ella aprovecha que lo tiene en el suelo inmovilizado para besarlo, aunque él logra levantarse y desatarse la camisa de fuerza, asustándose ella al ver que se dirige a ella, aunque cuando llega a su altura la besa.

Calificación: 4