Felices 140
España (2014) *
Duración: 98 min.
Música: Federico Jusid
Fotografía: Juan Carlos Gómez
Guion: Antonio Santos Mercero y Gracia Querejeta
Dirección: Gracia Querejeta
Intérpretes: Maribel Verdú (Elia), Antonio de la Torre (Juan), Eduard Fernández (Ramón), Nora Navas (Martina), Marian Álvarez (Cati), Alex O'Dogherty (Polo), Ginés García Millán (Mario), Paula Cancio (Claudia), Marcos Ruiz (Bruno), Blanca Rodríguez (Amalia).
Polo recuerda la frustración que sintió cuando, siendo niño se le antojó un camión de madera y su padre no pudo comprárselo porque no tenían dinero.
Ahora él es rico y asegura que aunque dicen que el dinero no da la felicidad, a él lo que le hace feliz es tener dinero.
Elia es veterinaria. Atiende a un perro al que le saca el botón de una trenca que se había tragado y que le impedía respirar, diciéndole al dueño del perro que encontrar un botón trae suerte, aunque le recuerda que es ella quien lo ha encontrado.
Escribe tras ello un correo en que recuerda a sus amigos que va a cumplir 40 años y está buscando una casa para pasar ese momento con todos los amigos de siempre, pidiéndole a Polo que no ponga excusas de trabajo y a Ramón que no tenga miedo a volar, porque son muy pocos los aviones accidentados, y además él será el encargado del avituallamiento, corriendo ella con todos los gastos.
Llama tras ello a Cati, su hermana, que es quien más pegas pone, pues le dice que no sabe si Juan podrá ir, diciéndole Elia que si él no puede que vayan ella y su hijo.
Luego le escribe a Mario pidiéndole que no le falle, pues si lo hace cancela el plan, y además le ha comprado un regalo.
Elia observa tras ello las fotos de ella con Mario añorando aquellos momentos.
VIERNES
Mientras prepara los últimos detalles de la casa alquilada, llega un camión con un piano.
Poco después va al aeropuerto para recoger a su hermana, a su cuñado, su sobrino y a Ramón y su mujer, recién llegados a Tenerife y a los que le muestra la mansión alquilada desde lo alto, para asombro de estos, contándoles una vez en ella que la casa era un antiguo secadero de tabaco que compró y reformó un alemán, aunque la mujer se fugó con el arquitecto y ni siquiera la estrenaron.
Le muestra a Bruno, su sobrino, su enorme habitación, diciéndole este que ella es perfecta, pues es guapa, inteligente, se ríe y está de buen humor y huele bien, no extrañándole la insistencia de uno de los clientes de la clínica en llamarla.
Martina y Ramón visitan la bodega donde tienen botellas carísimas, contándole a Elia que el restaurante les va muy bien porque cambiaron un poco el comedor.
Mientras les acompaña a su habitación pasan por la piscina, donde se bañan Bruno y su padre, escuchando entonces el ruido de un helicóptero que se acerca y en el que observan que llegan Polo, Mario y Claudia, la novia argentina de este.
Claudia explica que la plata la convirtió en una gran actriz, pues antes no pasaba los castings porque siempre había alguna pega, el acento, la altura, o la edad.
Claudia les cuenta a las mujeres mientras preparan la comida que conoció a Mario en un hotel de Roma donde ella estaba rodando una película cuando vio que él tocaba el piano y le pidió que tocara para ella "La chica de Ipanema", contando también que es finalista para un papel en que tendría 5 escenas con Darín.
Elia visita a Mario e su habitación y le pregunta qué edad "mental" tiene la chica, pidiendo él que le dé una oportunidad, diciendo ella que no se engañe, pues sabe que está con ella porque es joven y folla bien.
Le pide tras ello que la acompañe hasta una sala donde le muestra el piano que le dice es un regalo, preguntando él a qué se debe un regalo tan caro, respondiendo ella que a que le da pena que toque en tugurios de mala muerte, siendo la respuesta de él decir que va a seguir deshaciendo su equipaje.
Claudia le echa las cartas a Bruno y le dice que un amor entrará pronto en su vida, algo que no hace falta ser adivino para saber según Polo, dada la edad del muchacho.
Cati va a hablar con su hermana y le dice que cree que todo eso lo ha hecho por Mario y él ha tenido la cara de presentarse con otra mujer, preguntándole si está muriéndose y ha pedido un crédito para la fiesta.
Durante la cena Mario les pregunta qué es lo mejor que les ha pasado durante el último año, contando Juan un caso que ganó pese a ser muy difícil consiguiendo que absolvieran a una mujer de asesinato por falta de pruebas, lo cual le supuso un gran prestigio, aunque no le hicieron socio aun, su gran objetivo.
Polo cuenta que él consiguió vender la patente de su invento, un aparato hidráulico que sirve para nivelar las mesas que cojean a los chinos por mucho dinero.
Bruno cuenta que lo mejor que le pasó a él fue el viaje a Port Aventura con Elia que esta le hizo como regalo de cumpleaños.
Cuando le preguntan a Cati por lo mejor de ese año se excusa y sube a su habitación, excusándola Juan diciendo que está un poco mareada.
Toma entonces la palabra Claudia que cuenta que lo mejor que le ha pasado es algo que está por llegar, y que no es la película con Darín, sino que Mario y ella se mudan a Argentina en menos de un mes, contando Mario que se van a casar para asombro de todos, y lees dice que están invitados, proponiendo Elia un brindis por Mario.
Aprovecha el brindis Ramón para anunciar que él y Martina van a tener un hijo.
Llega entonces el turno de Elia, que les cuenta que lo mejor que le ha pasado ese año son 140 millones de Euros, dejando a todos callados sin entender nada, aunque recuerdan entonces que esa es la cantidad que ha tocado en el Euromillón, por lo que todos la felicitan excepto por Martina que sale a vomitar al servicio, donde la encuentra Ramón, viendo cómo llora tras ello, afirmando que no le apetece bajar.
Abajo los demás abajo cantan "Money" de Cabaret mientras Mario la toca al piano.
Juan cuenta que los errores de los demás son la razón de ser de los abogados que siempre están hurgando en la mierda de estos, aunque el dinero te puede convertir en diciéndole atropellado a alguien o a quien ha defraudado a Hacienda.
Por la noche Juan critica la puesta en escena de Elia y que no les haya ofrecido nada.
Por su parte Martina despierta a Ramón para decirle que con que Elia les prestara una migaja de lo que le ha tocado podrían salvar el restaurante.
Polo por su parte habla con el Sr. Pong, el chino que compró su patente y al que le dice que pueden considerar a Elia como socia.
Mario trata de hablar del asunto con Claudia, pero ella está rabiosa por el mail que no llega, y cuando él trata de quitarle importancia ella se molesta pues piensa que da por hecho que no le van a dar el papel. Él dice que trata de animarla y ella le dice que lo que está haciendo es prevenirla, lo cual trae mala suerte, enviándolo a fumar afuera.
Allí se encuentra con Elia, que está meditando con una copa de vino en la mano, la cual critica que dijera que no quería tener pareja y sin embargo se case, pese a que está segura de que no está enamorado de Claudia, pues le conoce muy bien, y quizá sea ese el problema entre ellos, porque él prefiere la novedad.
Le pregunta que a qué ha ido, respondiendo él que no pensaba haber ido, pero que luego pensó que era una oportunidad para cerrar heridas, recordándole ella que en una ocasión le dijo que no se arrepentía de nada y por eso no pedía perdón, aunque ahora le gustaría que se lo pidiese, accediendo él y pidiéndole perdón por haberla hecho sufrir, pidiéndole ella que le dé un beso, a lo que él accede.
SÁBADO
Cati le repite a Juan que le da vergüenza pedirle dinero a su hermana, recordándole él que su madre está en una residencia gracias a su sueldo, no pudiendo por ello negarse a ayudarles, respondiendo Cati que es mejor esperar un tiempo a lo que Juan le responde que el momento es ya, accediendo ella a hablar con Elia para que no se enfade, recordándole él que debe hacer que pague ella la residencia y hacerlo desde el primer día, para que ella no tenga que seguir vendiendo cremas por las casas, aunque ella dice que le gusta su trabajo.
Elia tiene preparado un magnífico desayuno, siendo Claudia la primera en bajar y no encontrando nada de lo que desea, pues no hay leche de soja ni de cabra ni copos de avena o mijo, diciéndole Elia que hay cereales corrientes de los que come todo el mundo, ante lo que Claudia le pregunta por qué es tan antipática con ella, respondiéndole Elia que hay de todo tipo de bollería y ella busca justo lo que no hay.
Sale tras ello a pasear con Polo hasta el faro, tratando este de convencerla de que puede hacerse inversora en un negocio de venta de aspiradoras chinas robotizadas, aunque ella le dice que no tiene prisa y quiere tomárselo con calma, pues tiene aun el boleto en una caja fuerte del banco, afirmando no estar dispuesta a dejar su trabajo.
Baja luego hasta el pueblo con Bruno para comprar el pan, en un tándem.
A su regreso habla en la cocina con Ramón, que le dice que el restaurante no funciona pese a haberlo intentado ya todo, dándole pena que después de que lo pusiera en marcha su abuelo y lo explotara luego su padre haya sido él quien acabe con él, reconociendo que cada día se pelea más que nunca con Martina.
Tras el desayuno, Claudia le echa las cartas a Cati, a la que le dice que tiene un buen problema con su marido, aunque tiene solución, y sea lo que sea lo que la hace sufrir está en sus manos solucionarlo, aunque tanta ambigüedad hace que Cati se enfade, por lo que Mario le pide a Claudia que deje las cartas, pues si la gente se presta a que se las lean es para que les diga lo que quieren oír.
Elia sube a ver a su hermana y le dice que no puede seguir con un tipo que le pega, lo que ella niega, defendiendo a Juan, insistiendo Elia en que debe dejarlo y denunciarlo, diciéndole Cati que no tiene dinero y que su trabajo no le da para vivir. Elia le muestra una fotocopia de su boleto, diciéndole que ella le ayudará, aunque antes debe ir a un juez, alegando Cati que su marido es abogado y la dejará sin Bruno.
Le confiesa que Juan quiere que pague la residencia de su madre, y ella le dice que pagará la residencia y le dará lo que quiera para que inicie una nueva vida lejos de él.
Entretanto Ramón le cuenta a Martina que le ha propuesto a Elia entrar como socia, lo que su mujer rechaza, diciendo que no quiere que los compre, sino un préstamo.
Martina cuenta que su padre les decía que no soportaría tener hijos gandules y se pasó su vida trabajando, recordando la infancia como un horror, aunque el dinero te permite no dar un palo al agua y sanar tu horrible infancia a través de la de tus hijos.
Todos se preparan para la cena de cumpleaños, llegando Mario mientras Elia prepara las velas, diciéndole Elia que está muy guapa, pidiéndole ella que le ayude a elegir el vino, preguntándose él al elegir la botella si se la merecen, diciéndole ella que sí, pues es su despedida, diciendo él que no es eso lo que celebran a lo que ella le dice que en efecto, pues no se va a ir a ninguna parte, tras lo que le pide que se case con ella, preguntándole él cuántos porros se ha fumado, pues debe recordar que la noche anterior acordaron que iban a ser amigos, diciendo ella que el beso de la noche anterior no fue un beso de amigos.
Él le recuerda que se va a casar con Claudia y ella le pide que le diga que no la quiere, diciéndole él que la quiso mucho, pero que ya no la quiere.
Ella le recuerda que le hizo abortar porque quería ser libre y no tener ataduras y ahora se va a casar y probablemente a tener hijos.
Le dice tras ello que ella le va a ayudar a salir del fango y poder vivir como el pianista que es y le dice que le debe una explicación, pues está convencida de que está enamorado de ella aunque vaya a casarse con otra.
Le pregunta entonces él si empezó así su brote cuando estuvo un mes encerrada justo un mes después de que lo dejara, pues le recuerda que fue ella la que lo dejó, preguntándole ella cómo sabe lo del brote y echándole en cara que fue él quien provocó que ella lo dejara haciendo lo imposible para que lo hiciera.
Él le dice que está otra vez en pleno brote y por eso le ha comprado el piano y ha tratado de comprarle una carrera musical, diciéndole que se meta su dinero por el culo, tras lo que la llama loca, lanzándole entonces ella y mientras él se marcha una botella de vino con la que le da en la nuca, cayendo Mario al suelo muerto.
Cuando se da cuenta de lo ocurrido y sale de la bodega escucha cómo el resto de sus amigos comienzan a cantarle el cumpleaños feliz hasta que se dan cuenta de que viene llorando, dirigiéndose a ella y preguntándole qué le ocurre, preguntando Claudia por Mario, respondiendo ella que está en la bodega, adonde se dirigen varios de sus amigos mientras otros tratan de consolarla y de enterarse de lo ocurrido.
Claudia junto con los hombres descubre el cuerpo de Mario, lanzándose la muchacha hacia Elia a la que zarandea para luego correr a tomarse un calmante, arropándola tras ello Cati mientras la muchacha duerme.
Elia les cuenta que fue un accidente, proponiendo Ramón ir a la policía para zanjar el asunto cuanto antes, pidiendo Juan que reflexionen durante un minuto, pues ellos la creen, pero si cuenta que discutieron y lo rabiosa que estaba porque iba a casarse con otra podrían acusarla de homicidio doloso, lo que le supondría 8 años de cárcel o incluso un homicidio normal lo que le supondría 20 años de cárcel, pese a lo cual ella insiste en ir a la policía, repitiendo Juan que si confiesa necesitará a un gran abogado, y más con sus antecedentes médicos, pese a lo cual ella decide ir a declarar con Ramón y con Cati.
Por el camino empieza plantearse que a lo mejor piensan que tenía motivos, como los celos cuando de pronto se les cruza un conejo y deben dar un frenazo, temiendo que la vuelvan a encerrar.
Entretanto, en casa Juan, Martina y Polo hablan, señalando el primero que podrían haberlo resuelto todo fácilmente, comprendiendo Polo que lo que quiere decir es que con el dinero del premio podría haber comprado su silencio.
Juan dice que podrían tirar el cuerpo al mar, limpiar la bodega y seguir cada uno con su vida, a cambio de un dinero, no entendiendo Martina que Polo, que conocía a Mario desde niño y que es rico quiera más dinero, mientras Juan afirma que solo era una hipótesis, pues Elia ha ido a la comisaría, haciéndole ver Polo a Martina que con dinero podría conseguir lo que quisiera, no solo un restaurante, sino más, incluso con estrellas Michelín, pues el dinero lo puede todo.
Ven entonces que Elia regresa, preguntándole Juan qué va a hacer, no sabiendo ella contestarle, afirmando que necesita estar sola, por lo que sube a su habitación donde la espera Bruno preocupado, preguntando si la pueden meter en la cárcel, ofreciéndose para cubrirla diciendo que él dirá que lo vio todo y que Mario lo provocó, pues no quiere que la vuelvan a encerrar.
Ella le dice que no puede acordarse de aquello, afirmando él que se acuerda de su madre y su abuela llorando, recordando que estaba preparándose algo de comer cuando todo dejó de tener sentido y no sabía qué estaba haciendo, y empezó a escuchar voces y música, consiguiendo llamar a Cati, despertándose tras ello en el hospital atada a la cama, no pudiendo salir de allí en 20 días, los peores de su vida.
Polo propone entonces a los demás deshacerse del cadáver para ayudar a Elia, aunque Ramón se plantea lo que les puede caer si los pillan, apuntando Juan que, dado que es un delito de encubrimiento y otro de obstrucción a la justicia, les caerían entre dos y tres años de prisión, aunque les compensaría si tuvieran algo a cambio, cayendo entonces Ramón en la cuenta de lo que están proponiendo, siendo él quien se lo explique a Cati, que no se entera, que le estaban proponiendo un chantaje a cambio de una parte del premio.
Se dirige a Martina que ve que está al tanto de todo, y le pregunta cómo han podido pensar en desplumara a Elia.
Cati asegura que nadie le va a quitar el dinero a su hermana, pidiéndole Juan que se calle y recordándole que su hermana puede ir a la cárcel hasta los 60 años y que no van a quitarle el dinero sino el problema de irse a la cárcel a cambio de un pellizco.
Ramón pregunta cuánto es para él un pellizco, planteando Polo que debería ser el premio entero, pues no se la jugaría por menos que los 140 entre 6, recordando Juan que son 7, pues está también Bruno, apuntándose Cati también al reparto.
Ramón les dice que habrá alguien que lo echará en falta, y que está Claudia.
Martina encuentra a esta que, tras despertarse se está bañando, preguntando si se trata de una broma macabra cuando le exponen el plan.
Juan trata de hacerle ver que Mario está muerto y que eso no tiene ya remedio, pero que pueden salir de allí con la vida solucionada, pues tendría 20 millones de Euros, diciéndole Polo que podría hacer una película con quien deseara, ante lo que ella les pregunta si no tienen principios, diciéndole Juan que de ese modo conseguirá un beneficio y que Elia no se vaya de rositas pues tendrá el castigo de perder su dinero.
Ramón, harto de escucharlos sale para pensar, y aunque Martina le pide que por una vez no salga huyendo él se marcha.
Martina vuelve a plantearse si no habrá alguien que lo eche de menos, diciendo Polo que su hermano murió y su padre se marchó a Brasil persiguiendo a una mulata y no volvieron a saber de él y su madre murió también de cáncer, planteándose que quizá tenga amigos, haciéndole ver Claudia que los tiene, y que son ellos.
Polo y Juan van a la bodega donde buscan algo pesado para hundirlo sin saber aun si Elia aceptará.
Claudia, sola con Martina y con Cati le pregunta a esta si no va a defender a su hermana, insistiendo en ir a la policía, pidiendo Martina que la deje y que no trate de aprovecharse de la más débil, ofendiéndose Cati que le dice que la más débil es ella, pues se muere de la envidia y no puede soportar que a su hermana le vaya bien, porque como ella no es feliz odia a todo el mundo, sin darse cuenta de que está casada con un hombre maravilloso, preguntándole cuántos años hace que no sonríe.
Martina le dice que la considera la más débil no solo por cómo la trata Juan, algo que le parece vergonzoso, sino porque deja que Elia se aproveche de ella cargándola con el problema de su madre, juzgándola constantemente y riéndose de cada cosa que trata hacer, como cuando decidió vender cosméticos.
Empiezan a gritarse tratando Claudia de mediar, diciéndole Martina que si quería tanto a Mario por qué no ha denunciado su muerte 7 horas después de que ocurriera, afirmando que no lo ha hecho porque no es cierto que esté enamorado de él, como tampoco Mario estaba enamorado de ella, pues siempre lo estuvo de Elia.
Claudia recibe entonces el mensaje que esperaba y llora amargamente
DOMINGO
Elia descansa con Bruno cuando sus amigos llaman a la puerta y le piden que baje, pues quieren hablar con ella.
Será Juan quien le diga que le van a ayudar a deshacerse del cadáver de Mario a cambio del premio, de modo que todos ganarán.
Elia mira a su hermana y le pregunta si ella también está en eso, diciendo ella que no, a lo que Juan replica que sí, respondiendo ella que no, preguntando Elia si Ramón, que no está, está también de acuerdo, respondiendo Martina que sí.
Elia no responde. Dice que lo que le apetece es abrir sus regalos y es lo que hace.
El primero es un libro de cocina asiática del VIPS, dándole las gracias a Martina, que se pregunta cómo sabe que es suyo, excusándose diciendo que ya sabe que están mal del dinero, diciendo Elia que por eso quieren robarle el suyo.
Abre tras ello un exprimidor. El último modelo, afirma Polo, aunque lo compró su secretaria porque él no tiene tiempo.
Claudia retira el suyo y se va, por lo que abre el de su hermana, que es un pañuelo, y algo de parte de Bruno, y cuando dice que quiere dar las gracias a Bruno, Juan le pide que deje a Bruno aparte, diciendo Elia que son ellos los que no lo han dejado aparte, advirtiéndoles que a lo mejor Bruno ha ido a denunciar lo ocurrido.
Juan y Cati se alarman y comienzan a buscar a su hijo, al que finalmente encuentra Juan en el bosque, tratando de explicarle que van a ayudar a su tía y se la están jugando por ella, respondiendo Bruno que pueden ayudarla sin quitarle su dinero, diciéndole su padre que serían tontos si se jugaran ir a la cárcel por nada, diciéndole Bruno que él se va a ir a vivir con Elia, poniendo esa condición para callarse.
Mario, en la sala de espera de la guardia civil recibe la llamada de Martina, que le dice que si habla no volverá a verla ni a ella ni a su hijo, preguntándole si le importa más Elia que ella y el niño.
Bruno, solo dice que a él le faltan tres años para cumplir los 18.
Cati, indignada va a ver a su hermana y le pregunta si está loca y qué le ha dicho a su hijo para que prefiera ir con ella, afirmando Elia no saber de qué le está hablando, continuando Cati diciéndole que si se siente sola no debería haber abortado, pero que no le quite a su hijo, asegurando que este y Juan le quieren y que ella se va a quedar sola y a lo mejor sola y encerrada.
Elia le dice que da pena y Catia la abofetea, tras lo que va a la cama donde está su hijo al que le promete que a partir de ese momento será todo diferente.
Claudia, desesperada, habla con su representante, afirmando no saber qué debe hacer para conseguir un papel, para concluir diciendo que será ella quien pondrá el dinero para hacer la película, pero que tendrán que darle el papel protagonista.
Elia escucha un coche, acordándose de Amalia y sale corriendo, aunque llega tarde, pues sale ya del cobertizo quejándose del desastre que han hecho, viendo Elia cuando entra, y para su alivio que el cuerpo de Mario no está allí ya.
Martina también respira aliviada al ver que Ramón ha regresado con ella, aunque les reprocha a sus amigos que movieran el cadáver sin saber si Elia va a aceptar.
Martina se pregunta cómo justificarán el trasiego de dinero, señalando Juan que este no existirá, pues firmarán un documento diciendo que jugaban el boleto entre los 7 a partes iguales, diciendo entonces Elia que los ha escuchado qué pasa si cobró ya el dinero, respondiendo Juan que sabe que el dinero está en una caja fuerte tal como contó a Polo, preguntándoles ella dónde van a enterrarlo.
Cati cuenta que su madre está en la mejor residencia y su hijo en el mejor colegio y ellos pueden veranear en donde deseen y su marido y ella se llevan muy bien y están mejor que nunca, tratándola este como una reina.
Mientras prepara su maleta Elia habla con Bruno, que le pregunta por qué no puede ir con ella, que le dice que no deje que le quiten su parte.
Tras firmar el documento afirmando que jugaban conjuntamente el cupón se dirigen tras ello todos excepto Elia y Bruno al faro, lanzando el cuerpo al acantilado.
Cuando se marchan Elia encuentra una botella que se había llevado Martina junto con una nota de Ramón donde dice "Lo siento".
Elia descorcha la botella y se sirve una copa, viendo cómo suena su teléfono con la llamada nuevamente del cliente de la clínica, viendo al girarse que está allí Ramón, que ha preferido volver con ella, que ríe feliz.
Los demás, Polo, Juan, Cati, Martina y Claudia posan ante la prensa como los felices afortunados en el sorteo del Euromillón.