Te cuento la película

El fotógrafo del pánico
El fotógrafo del pánico

Peeping Tom (1960) * Gran Bretaña

          También conocida como:
                    - "Tres rostros para el miedo" (Hispanoamérica)

Duración: 109 Min.

Música: Brian Easdale

Fotografía: Otto Heller

Guion: Leo Marks (Historia: Leo Marks)

Dirección: Michael Powell

Intérpretes: Carl Boehm (Mark Lewis), Moira Shearer (Vivian), Anna Massey (Helen Stephens), Maxine Audley (Señora Stephens), Brenda Bruce (Dora), Miles Malleson (Elderly), Esmond Knight (Arthur Baden), Michael Goodliffe (Don Jarvis), Martin Miller (Dr. Rosen), Jack Watson (Inspector Jefe Gregg), Shirley Anne Field (Diane Ashley), Pamela Green (Milly).

Un hombre graba con una cámara oculta bajo su abrigo a una prostituta que está junto a un escaparate a la que se acerca, diciéndole ella sin que él diga nada, que sus servicios le costarán dos libras tras lo que comienzan a caminar hacia el apartamento donde esta presta sus servicios, sin que deje de grabar en ningún momento.

Una vez allí, y mientras ella comienza a desnudarse ve que él se acerca a ella con algo que la aterroriza mientras él graba un primer plano de su cara gritando

Tras revelar la película, Mark Lewis, el autor de la grabación observa, sentado al lado del proyector la película grabada que termina con un primer plano de la boca abierta por los gritos de terror de la mujer asesinada.

Al día siguiente, y ya sin ocultarse graba las labores policiales de levantamiento del cadáver, y cuando se acercan a preguntarle de qué periódico es, responde sin inmutarse que del Observer.

Llega poco después a una tienda donde venden prensa, excusándose por su tardanza, preguntándole el propietario de la tienda de qué revistas venden más números, respondiéndole él que de las que salen chicas en la portada ligeras de ropa, y que ese es el material que él le lleva, observando mientras está en la tienda cómo un hombre muy serio y elegantemente vestido le pregunta al dueño de la tienda por una colección de fotografías de ese tipo que se lleva.

Acude tras ello al piso superior, un estudio fotográfico donde hay varias muchachas ligeras de ropa a las que fotografía, comprobando que una de ellas tiene su boca hinchada debido a que la han golpeado, lo que le fascina tanto que procede a filmarla.

Cuando regresa a su casa Mark mira por la ventana de su vecina del piso de abajo, Helen Stevens, que celebra con un grupo de amigos su fiesta de cumpleaños, saliendo al portal para invitarlo tras verlo mirando por la ventana.

Mark no acepta la invitación alegando que tiene mucho trabajo, y sube a su casa donde contempla lo filmado durante la investigación policial del asesinato de la prostituta, siendo interrumpido mientras lo hace por una llamada de alguien a su puerta, observando al abrir que se trata de Helen, que le lleva un pedazo de tarta.

Él la invita a pasar, preguntándole ella entonces desde cuándo vive allí, respondiéndole él que ha vivido allí toda su vida, ya que la casa era de su padre, deduciendo ella que su padre es su casero, a lo que él le dice que no es su padre, sino él su casero, habiendo decidido alquiler parte de la casa original debido a que la casa era muy grande y tenía muchos gastos.

Ella le pregunta por su trabajo, contándole él que trabaja en un estudio de cine y que aspira a convertirse en director, ante lo que ella le pide que le deje ver su película como regalo de cumpleaños, ante lo que la lleva hasta la sala de proyecciones donde, en vez de ponerle una de las películas grabadas por él le pone una grabada por su padre en la que él era el protagonista, siendo grabado por su padre mientras lo despertaba molestándolo con una lámpara, para filmarlo luego mientras observaba a una pareja de novios besándose, para luego volver a despertarlo con la lámpara para lanzarle un lagarto a la cama, grabando su cara de terror.

Helen ve sorprendida cómo le grabó también despidiéndose de su madre muerta, así como su funeral y su entierro, siendo su siguiente grabación la de una espectacular rubia en la playa con la que su padre se casó solo 6 semanas después del fallecimiento de su madre, regalándole a Mark el día que se fue de luna de miel su primera cámara con la que graba y apunta como si de un arma se tratara.

Le cuenta que su padre hizo importantes estudios psicológicos en especial sobre el terror y sobre el crecimiento de un niño, estudiándolo a él con todo detalle durante su niñez.

Su charla termina cuando los amigos de Helen van a buscarla.

Pese a que se les indica a todos los productores y directores que la nueva política de su compañía es hacer que la primera toma se considere válida, en el estudio en que Mark trabaja repiten una y otra vez una escena porque la protagonista es incapaz de fingir un desmayo, debiendo realizar más de 60 tomas.

Tras el rodaje. Mark se queda a escondidas en el estudio junto con Vivian, una aspirante actriz que trabaja como doble de luces de la protagonista, a la que convence para que ruede con él una película.

Para calentar antes del rodaje ella baila mientras Mark la rueda, grabando su sensual baile con su cámara, en vez de con la cámara de cine, asegurando ella que se siente tan cómoda que será incapaz de interpretar a una persona con miedo, ante lo que Mark le pide que imagine que una de las patas del trípode de su cámara es un arma, quitándole el tope y mostrándole que, en efecto está afilada, consiguiendo asustar de verdad a la muchacha que ve cómo se acerca con la cámara y el filo hacia ella.

Helen habla de Mark con su madre ciega, que sabe que él se encuentra en casa al escucharlo, asegurándole que no le gustan los hombres que caminan con sigilo.

Pese a ello Helen sube a verlo, y lo encuentra revelando su última película, echando un vistazo mientras lo espera a uno de los libros de su padre que él le quita cuando sale y vuelve a guardar, aunque le regala un colgante por su cumpleaños.

Helen le cuenta que trabaja en la sección infantil de una biblioteca y que han aceptado publicar su primer libro que trata sobre una cámara mágica y sus fotografías, aunque los editores prefiere dibujos a fotografías, proponiéndole Mark hacerse cargo de las fotografías para su libro de forma gratuita.

Al día siguiente, en el estudio se disponen a repetir una escena cómica ya grabada en la que utilizan varios baúles que la actriz principal hace que le muestre un empleado sin que le guste ninguno, hasta llegar a un baúl azul, aprovechando Mark ese momento para grabar la escena con su cámara para poder captar la reacción de la actriz protagonista cuando descubre dentro del baúl el cadáver de Vivian, cayendo desmayada.

El Inspector Jefe Gregg habla con un compañero del caso de la muerte del Soho, señalando que jamás habían visto una cara de terror como la de la prostituta muerta antes de acudir a atender el nuevo caso de asesinato ocurrido en el estudio, comentando el sargento a su superior que la muchacha asesinada tiene la misma cara de terror que la prostituta.

Comienzan tras ello los interrogatorios, que Mark graba hasta que él mismo es interrogado, afirmando no conocer apenas a la víctima.

Cuando los policías van a otra dependencia para hablar él consigue espiar su charla desde la parte de arriba del plató, pudiendo escuchar así que la actriz fue asesinada con el mismo instrumento que la prostituta, grabando tras ello el momento en que sacan el baúl, estando a punto de ser descubierto cuando se le caen sus lápices.

Helen lee el periódico para su madre, y entre las noticias, la de la muerte de la doble de luces, preguntándole a su hija si Mark la conocería.

Y mientras hablan de pronto la madre de Helen le dice "está ahí" intuyendo la presencia de Mark tras su ventana, y acertando pese a que aquel no hizo ruido, afirmando que su nuca le advierte siempre que hay algún peligro.

Tras ser visto llama a la puerta, pues va a recoger a Helen para salir con ella, aprovechando para presentárselo a su madre, aunque antes de salir Helen le pide que deje la cámara, pues nunca lo ha visto sin ella y esa noche no la necesitará, guardándola en la habitación de ella, que Mark recuerda era la de su padre.

Cuando salen él no puede evitar quedarse mirado a una pareja que se besa en la cárcel, echando mano de forma instintiva a su cámara, para descubrir que no la lleva.

Tras cenar en un restaurante y de regreso se queda nuevamente mirando a otra muchacha que muestra sus piernas.

Una vez en casa y cuando él pasa para recoger su cámara ella bromea con la posibilidad de grabarse a sí misma, a lo que él se niega asegurando que no desea grabarla, pues todo lo que graba acaba perdiéndolo.

Cuando se despide y llega a su casa descubre que la película está ya revelada y cuando se dispone a verla escucha un ruido, descubriendo que está allí la madre de Helen a la que le dice que llevó ya a su hija a su casa, aunque ella le dice que desea hablar con él, contándole que visita esa habitación todas las noches en su mente, ya que es la habitación que tiene encima y escucha cada ruido, oyéndole cada noche encender el proyector, como lo oye en ese momento y preguntándole qué películas son las que ve, diciéndole que puede mentirle, ya que ella no ve, aunque lo sabría.

Le pide que la acerque hasta la pantalla, donde Mark se dispone a ver la escena final del asesinato, rompiendo a llorar al darse cuenta de que no grabó toda la escena de la muerte de Vivian debido a que las luces se apagaron demasiado pronto.

Entonces la mujer empieza a tener miedo, adivinando que Mark la está grabando al notar el calor de las luces, disponiéndose él a grabarla mientras acaba con ella como con las otras mujeres, aunque finalmente no lo hará, pues no ve, y además ama a su hija, aunque ella insiste en que siga grabándola por el bien de Helen.

Le dice luego que el instinto es algo maravilloso, lamentando no haberle hecho caso en el pasado cuando permitió que la operaran, lo que le supuso perder la vista.

Por ello ahora escucha su instinto que le dice que esas películas no son buenas y que necesita ayuda, por lo que le pide que la busque cuanto antes, y que entre tanto no vea a Helen, aunque él le asegura que nunca le haría daño a Helen, asegurándole ella que si no busca ayuda tendrán que mudarse.

Cuando al día siguiente se reanuda el rodaje, habrá, junto al equipo, varios policías y un psiquiatra, que son testigos de la incapacidad de la actriz principal de realizar correctamente la escena debido al trauma del anterior día de rodaje.

Mark aprovecha la presencia del psiquiatra para, siguiendo el consejo de la madre de Helen, hablar con él, contándole el psiquiatra que su padre fue profesor suyo, contándole Mark que antes de morir su padre realizaba un estudio sobre la necesidad patológica de mirar o escoptofilia, preguntándole al psiquiatra si tal problema tiene cura, asegurándole el profesor que la tendría, bastando con dos años de psicoanálisis y 3 días de terapia por semana para llegar a la raíz del problema.

Por su parte los policías, seguros de que el asesino debe ser una de las personas que participan en el rodaje deciden investigar a algunos de los trabajadores, siendo Mark uno de los investigados, siendo seguido hasta la tienda de prensa en cuyo piso superior va a realizar una nueva sesión fotográfica con Milly, dejándolo solo el dueño con ella y dejándole las llaves para que cierre cuando se marche, observando él desde la ventana a un policía que lo siguió, al que también graba.

Y terminada su sesión con Milly sale de la tienda y cierra, tal como le indicó el dueño de la misma, depositando la llave en el buzón sin que haya salido Milly.

Helen sube a casa de Mark, que aun no ha llegado, aunque como este deja siempre la puerta abierta puede entrar, decidiendo esperarlo allí, poniendo en marcha el proyector y sonfriendo al ver el principio de la grabación, para poco a poco comenzar a inquietarse, y finalmente a horrorizarse al ver las imágenes grabadas, topándose entonces con Mark que llega en ese momento a su casa y que le pide que se marche y que no permita que la vea asustada.

Pero ella prefiere no marcharse y le pregunta si la película es tan solo eso, confesándole él que no, y que las mató él, pidiéndole que se mantenga en la oscuridad, pues estará a salvo solo si no la ve asustada.

Entretanto el policía que lo seguía llama para informar de sus actividades y para anunciar que se retira, pues no merece la pena vigilarlo mientras está en su casa.

Pero poco después el dueño de la tienda donde hizo las fotos llama a la policía tras descubrir el cadáver de Milly.

Le dice que su madre tenía razón y que debe contárselo a alguien, lamentando que deba ser a ella, explicándole que allí estaba el taller de su padre, que grabó todos sus momentos de terror desde niño, ya que tenía micrófonos en cada habitación, y continúa teniéndolos, mostrándole que puede escuchar cualquier conversación de la casa, incluidas las suyas con su madre o las de Tony.

Ella le pide que le muestre lo que les hizo a esas muchachas, explicándole él que lo más aterrador del mundo es el miedo y para poder grabarlo y captarlo, preparó su cámara, siendo una de las patas del trípode un afilado cuchillo que acercaba a su garganta mientras las víctimas podían ser las espectadoras de su propia muerte gracias a un espejo colocado en la cámara, pudiendo ver su propio terror.

Mientras habla con ella, a la que asegura nunca le hará ningún daño comienzan a sonar las sirenas, por lo que Mark graba a los policías que acuden a su casa a detenerlo, tras lo cual le dice a ella que es algo que ha estado esperando durante mucho tiempo y que lo tiene todo preparado, no haciendo caso de Helen que le pide que se entregue.

Por el contrario, pone en marcha todas las grabaciones y hace que decenas de cámaras lancen sus flashes, para luego plantarse ante su cámara, cuyo trípode afilado colocó hacia él, gritándole a Helen que tiene miedo, pidiéndole esta que no lo haga, ante lo que él le dice estar feliz de tener miedo, para, a continuación lanzarse él mismo contra su trípode afilado mientras contempla su propia agonía.

Cae muerto al suelo en el momento en que los policías derriban su puerta, encontrándole ya en el suelo y a Helen llorando sobre él mientras se escucha en una cinta la voz del padre de Mark asegurando que no hay nada que temer, y luego su voz de niño pidiéndole a su padre que le coja de la mano.

Calificación: 3