Te cuento la película

Alien³
Alien³

Alien³ (1992) * USA

Duración: 115 Min.

Música: Elliot Goldenthal

Fotografía: Alex Thomson

Guion: Walter Hill, David Giler, Larry Ferguson (Historia: Vincent Ward) (Basado en los personajes creados por Dan O'Bannon y Ronald Shusett)

Dirección: David Fincher

Intérpretes: Sigourney Weaver (Ellen Ripley), Charles Dutton (Dillon), Charles Dance (Jonathan Clemens), Paul McGann (Golic), Brian Glover (Harold Andrews), Ralph Brown (Aaron), Danniel Webb (Morse), Christopher John Fields (Rains), Holt McCallany (Junior), Lance Henriksen (Bishop II), Pete Postlethwaite (David).

La teniente Ripley viaja junto con Hicks, Bishop y Rebecca de regreso hacia la Tierra, aunque mientras hibernan, un alien, que se coló en su nave rompe sus tubos criogénicos haciendo saltar las alarmas y provocando un incendio debido al cual Madre hace que se inicie la evacuación de emergencia y que el módulo en que viajan se despegue de la nave nodriza.

Aterrizan tras ello en un planetoide, el Fiorina 161 ("Fury"), una penitenciaría de trabajo de alta seguridad para prisioneros muy peligrosos con el Doble cromosoma YY y que anteriormente fue una refinería de mineral.

Llega de inmediato al planetoide un mensaje de la Corporación Weyland-Yutani pidiendo un informe sobre la colisión de la unidad 2650, por lo que de inmediato sale un grupo de rescate hacia el lugar donde esta se produjo, debiendo trabajar con rapidez antes de que lleguen a los 20 bajo cero, observando que de las tres personas que viajaban en la unidad dos están muertas, estando además inoperativo Bishop, el humanoide sintético.

La única superviviente, la teniente Ripley es llevada a la enfermería.

El superintendente Andrews les explica a los presos y al resto del personal lo ocurrido, la colisión de un VSE 337 en el que encontraron a una superviviente.

Esto hace que todos se revolucionen, pues aunque hicieron voto de castidad temen que la presencia de una hembra haga tambalear sus principios, por lo que Dillon, pide que se le impide mezclarse con ellos, pues violará la armonía y la ruptura de su unidad espiritual.

Frente a ello Andrews dice haber pedido un equipo de rescate para que la evacúen lo antes posible.

Clemens, el médico, les explica que la mujer se encuentra en buen estado, aunque inconsciente, pensando que se recuperará, pidiendo Andrews que no la dejen salir de la enfermería sin custodia.

Tras la reunión Clemens va a verla y le inyecta un complejo para ayudarle a despertar sin problemas, pues al haber recobrado la conciencia de forma brusca le provocará mareos durante varias semanas.

La pone tras ello al día de lo ocurrido, debiendo informarle de la muerte de sus acompañantes, explicándole que está en una prisión que se creó para 5.000 presos, aunque en ese momento hay solo 25, encargados de mantener bloqueada la caldera de la fundición de metano natural, siendo su misión crear contenedores con planchas de plomo para residuos tóxicos.

Clemens la lleva hasta los restos de su unidad, contándole que Rebecca se ahogó, observando que en el tubo criogénico de Rebecca hay restos de corrosión que ella asocia a la producida por los alien, por lo que le pide a Clemens que le permita examinar el cuerpo de la joven.

Una vez en el depósito pide que la dejen sola con ella, retirándose Clemens y otro de los hombres en señal aunque observan que examina a la chica como buscando algo en su interior, pidiendo tras ello que le hagan la autopsia, asegurando temer que sea portadora de cólera, una enfermedad que asegura el doctor fue erradicada y de la que no se conoce caso alguno en los últimos 200 años.

Pese a todo consigue que le hagan la autopsia, en la que comprueban, que, tal como había predicho el doctor tiene los pulmones encharcados, por lo que le pregunta a Ripley qué buscaba en realidad.

Llega entonces el superintendente que se presenta a Ripley, a la que le pide que no se pavonee ante los presos, ordenando mantener a los cadáveres en hielo, aunque Clemens apoya el consejo de Ripley de quemarlos para evitar infecciones.

Andrews le explica que aunque los presos se han vuelto religiosos siguen siendo muy peligrosos, pues todos tienen doble cromosoma YY.

Durante el ritual de despedida Dillon, que ejerce como líder espiritual de los presos hace una oración.

Justo en ese momento y en otro lugar el perro que convive con ellos Spike comienza a convulsionar hasta que de su interior sale un alien.

Cuando Ripley baja al comedor, ya rapada como todos los habitantes del planetoide para evitar los piojos, encuentra a todos los hombres expectantes, dándole las gracias a Dillon por sus palabras, aunque este le recuerda que es un violador como los demás.

Clemens le cuenta que dejaron que permanecieran como guardianes a los 25 conversos, casi fundamentalistas religiosos, junto con dos supervisores y dos médicos.

Insiste en preguntarle qué buscaba en el cuerpo de la niña, aunque ella desvía la pregunta y le pregunta si le resulta atractiva, pues lleva mucho tiempo en el espacio.

Uno de los hombres encuentra los restos de la muda del alien, y oye un ruido confundiendo al alienígena con el perro, acabando destrozado y lanzado hacia las aspas del ventilador.

Ripley se despierta junto a Clemens que le agradece su afecto tras haberse acostado con ella, pero que insiste en preguntarle qué buscaba, diciendo ella que tuvo un sueño terrible durante la hibernación, diciendo que no debería haber tenido contacto físico con un preso, pues lo prohíbe el reglamento, diciendo que él no es un preso pese a que tiene un código de barras tatuado en la nuca.

Clemens recibe un aviso para que acuda tras aparecer el cuerpo destrozado del preso sorprendido por el alien, creyendo todos que fue destrozado por el ventilador, señalando Clemens que el ventilador mueve aire, pero no lo succiona, encontrando los restos de muda del alien, aunque desconocen de qué se tratan.

Ripley, entretanto accede a la nave de la que saca uno de sus componentes, siendo sorprendida por Clemens al que debe explicarle que descubrió una quemadura a pocos metros del lugar del accidente como la que vio en el criotubo de la niña, por lo que le pide que le cuente qué ocurre o qué cree que ocurre.

Clemens es llamado por el superintendente para decirle que les han llamado la atención por primera vez debido a que consideran a Ripley objetivo de máxima prioridad, echándole la culpa de haberla dejado salir de la enfermería, asegurando que el hombre que murió lo hizo debido a que no estaba atento por la excitación de tener allí a una mujer, por lo que le pide que la cuente todo lo que sabe y amenaza con contarle su pasado a Ripley si no colabora.

Esta accede entretanto a la basura, donde recoge los restos de Bishop, pues en la prisión carecen de ordenadores potentes, y se lleva parte de su cuerpo, siendo sorprendida entonces por varios presos que la acorralan y la atacan dispuestos a violarla, evitándolo Dillon que llega al lugar y los golpea asegurando que debe reeducar a algunos de los hermanos.

Mientras trabajan, un grupo de tres reclusos ve cómo se van apagando las velas, lo que indica la existencia de una corriente de aire, separándose uno de ellos para volver a encenderlas, siendo sorprendido por el alien que acaba con él.

Cuando sus dos compañeros ven al monstruo atacándolo tratan de huir, aunque finalmente los alcanza acabando con otro de ellos.

Ripley consigue entretanto recuperar la funcionalidad del humanoide al que logra conectar y al que le pide acceso al registrador de vuelos, repitiendo los datos del ordenador que anuncia la existencia de un incendio en la Sulaco por un fallo eléctrico.

Le pregunta si había un alienígena a bordo, respondiendo este afirmativamente, diciéndole además que no se quedó en la Sulaco, sino que llegó con ellos a la penitenciaría, y que la Weyland-Yutani lo sabe todo y lo quieren.

Bishop le pide que lo desconecte, pues tiene dolores y sabe que nunca volverá a ser el mejor de su serie, accediendo Ripley a sus deseos y desconectándolo.

Golic, el hombre que sobrevivió al ataque del alienígena llega corriendo ante el superintendente y cuenta que un dragón que se alimenta de cerebros acabó con sus compañeros Boggs y Rains, tomándolo todos por loco, aunque Dillon asegura que nunca fue mentiroso pese a sus problemas mentales, apareciendo entonces Ripley, que le escuchó contar la historia afirmando que no está loco.

El superintendente le hace ver que ella no lo conoce y le dice que se trata de un asesino convicto y reincidente de asesinatos brutales, aunque finalmente accede a escucharla, contándoles ella la historia del alienígena, que indica, deben exterminar si no quieren que sea él quien acabe con ellos.

Pero desgraciadamente cuentan con armamento debido al tipo de reclusos que conviven allí, aunque confían en que puedan acabar los de abastecimientos con la criatura en el momento ordenando que confinen a Ripley en la enfermería en cuarentena y "a salvo del alienígena".

Ripley le pregunta a Clemens si hay algún modo de fugarse de Fury, señalando este que el único contacto con el exterior es la nave de abastecimiento que va cada 6 meses.

Pese a todo se niega a contarle a Clemens su conversación con Andrews.

Ella le pide que sea honesto con ella y le cuente la verdad sobre las razones por las que está allí.

Le confiesa que cuando terminó la carrera era adicto secretamente a la morfina, pese a lo cual era un joven prometedor, todo hasta que tras un turno de urgencias de 36 horas se emborrachó y cuando lo volvieron a llamar debido al accidente de una caldera murieron muchas personas no por el accidente, sino porque les recetó una dosis excesiva de calmantes.

Condenado a 7 años que cumplió en esa prisión, decidió quedarse en ella tras su evacuación, sabedor de que no encontraría trabajo como médico en ningún otro lugar.

Como ella se siente mal Clemens le inyecta una de sus medicinas cuando de pronto aparece el alienígena tras él y lo destroza, sin que Golic, atado de pies y manos como un loco pueda moverse.

Tras ello el monstruo se acerca a Ripley, aunque no le hace nada.

El superintendente trata de explicar los hechos, de un modo racional, tratando de formar un equipo para encontrar a Boggs y a Rains, temiendo que Golic los matara.

Ella llega a la reunión contando que el alienígena atacó a Clemens, lo que Andrews piensa es una tontería, pidiéndole a Aaron que la devuelva a la enfermería cuando el monstruo aparece por el techo y coge al propio Andrews.

Sin el superintendente y conscientes ya del peligro piensan en cómo organizarse, pidiéndole ayuda a Ripley, la única oficial presente, al negarse Dillon a ser el líder.

Ella recuerda que aunque este alienígena es diferente a los otros que vio, aquellos solo le temían al fuego, por lo que sugiere sellar la zona, aunque la instalación consta de 16 kilómetros cuadrados y 600 conductos de ventilación que lo hacen casi inviable.

Morse sugiere acabar con ella, que fue la que llevó al monstruo, aunque Dillon vuelve a pedirle que se callen.

Llegan a un depósito que iba a acoger residuos radiactivos y que no se llegó a utilizar con muros de 1 metro y medio de acero y con solo una entrada, guardándose allí cientos de bidones de quinitricetilina, que es muy potente.

Preparan para ello una trampa echando por el suelo el líquido para luego prender fuego, aunque mientras lo hacen es sorprendido por el alien el hombre que llevaba el encendedor, que se le cae provocando una tremenda llamarada en la que mueren varios hombres más.

Deben cambiar de plan tras el fallido resultado del primero, discutiendo Morse y Aaron qué hacer, pidiendo Dillon que se reúnan en las antiguas calderas.

Ripley comienza a sentirse mal, por lo que decide volver al módulo en que cayó, donde aún funciona un escáner, con el que trata de buscar alguna fractura.

Le ayuda Aaron, que ve que lo que aparece es un tejido extraño, comprendiendo que tiene algún bicho dentro, que ella comprende se trata de un alien.

Temiendo que si el alienígena sale del planetoide destruya la Tierra, Ripley pide a Aaron que envíe un mensaje en que diga que están plagados de toxinas nucleares para que no vayan a rescatarlos, pero Aaron desea que los rescaten e impide que lo envíe, recibiendo a cambio otro en que les indican que llegará en dos horas un equipo médico, siendo su prioridad absoluta mantener a Ripley en cuarentena.

Ripley cree que debe sacrificarse, saliendo a buscar al alien con la esperanza de que acabe con ella, aunque cuando lo encuentra ve que no le hace nada, por lo que le pide a Dillon que la mate él, ya que lleva en su interior a una reina ponedora de huevos que creará miles de monstruos a su imagen, por lo que se pide que la mate en silencio y sin plegarias, haciéndole ver que de todos modos va a morir.

Pero Dillon le dice que quiere acabar con la criatura y ella puede ayudarlos, accediendo ella a ayudarles a cambio de que después la maten.

El resto de los hombres es partidario de esperar a los refuerzos, ante lo que Ripley les asegura que cuando lleguen estos los matarán a todos por haberlo visto, explicándoles cómo antes sacrificaron a la tripulación de una nave y a unos marines.

Dillon propone aprovechar que están en una fundición atrayéndole hasta el molde y sumergiéndolo en el magma, consiguiendo Dillon convencerlos.

La fundición lleva más de 5 años sin funcionar, y deben confiar en no fallar, para lo que un hombre actuará como cebo atrayendo a la criatura hacia el lugar, habiendo otro que vaya cerrando todas las compuertas tras su paso para que no pueda regresar.

Empiezan mal, ya que el hombre que lo atrae lo lleva hacia el canal B, en vez de hacia el canal A, aunque a pesar de todo sorprende a varios de los hombres.

Está a punto de acabar también con Kevin cuando aparece Dillon que consigue rescatarlo y llevárselo, aunque pese a todo muere, corriendo Ripley y el propio Dillon corren ya con muy poco tiempo para culminar la misión con éxito.

Llega entretanto la nave de rescate, que es recibida por Aaron.

Con buena parte de los hombres muertos y casi sin tiempo Ripley decide atraer ella a la bestia, sin conseguirlo. Lo logrará Dillon llevándose a la propia Ripley hasta el molde, corriendo Morse hasta el mecanismo que hará verter el plomo.

Dillon hace que Ripley salga, pese al deseo de esta de morir, pero se queda él dentro del molde para que el monstruo le ataque y no piense en escapar cuando Morse hace que se vierta sobre ellos el magma.

Pero a pesar de todo, la criatura consigue salir y corre hacia Ripley, que consigue activar los aspersores contra incendios haciendo que el metal fundido que cubría al alien estalle en miles de pedazos acabando con la bestia.

Llega entonces el equipo de rescate para recoger a Ripley, que ve que entre ellos hay una persona idéntica a Bishop, aunque dice que no es un humanoide como aquel, sino su creador, el cual le asegura que quieren ayudarla extraer el embrión de su interior en el quirófano que llevan en su nave

Ella les pide garantías de que una vez extirpado lo destruirán, frente a lo cual Bishop le indica que deberá confiar en él a lo que ella se niega.

Ven cómo avanzan los hombres que iban con Bishop para atraparlos, disparándole a Morse en la pierna, pidiéndole ella que la ayude.

Aaron, tras darse cuenta de que Ripley tenía razón golpea a Bishop con una llave inglesa, muriendo tras ello tiroteado.

Bishop le pide a Ripley que le permita conservar a la criatura, pues les enseñará muchas cosas, viendo cómo en vez de ello Ripley se lanza hacia el molde lleno de plomo fundido, y aunque mientras cae sale la criatura de su interior, ella la sujeta y evita que escape.

La prisión es clausurada, llevándose los visitantes a Morse, el único superviviente vivo, que sonríe al ver que no pudieron cumplir sus deseos malignos.

Calificación: 2